Durante la oración del Angelus que presidió en Castelgandolfo, el Papa Juan Pablo II hizo un enérgico llamado al mundo para detener las guerras en África, pero especialmente la masacre de cristianos en Darfur, Sudán.
Hoy “quisiera llamar vuestra atención sobre los trágicos acontecimientos que caracterizan ya desde hace tiempo a algunos países del querido continente africano”, dijo el Papa; quien señaló en primer lugar el conflicto que “desde hace más de dieciocho años”, sacude el norte de Uganda.
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“Me dirijo a la comunidad internacional y a los responsables políticos nacionales para que acabe este trágico conflicto y se ofrezca una perspectiva real de paz a toda la nación ugandesa”, agregó.
“Igualmente es preocupante la situación en la que se encuentran las queridas poblaciones de Darfur, la región occidental de Sudán, fronteriza con Chad. La guerra, que se ha intensificado en estos meses, trae consigue siempre más pobreza, desesperación y muerte”, agregó el Santo Padre.
“¿Cómo podemos quedar indiferentes?”, preguntó y dijo: “Dirijo un sentido llamamiento a los responsables políticos y a las organizaciones internacionales para que no se olviden de estos hermanos nuestros que tanto sufren”.
El Pontífice señaló que “la comunidad cristiana se está comprometiendo para afrontar estas emergencias”; y recordó que “A Darfur he querido enviar precisamente en estos días al presidente del Consejo Pontificio ‘Cor Unum’, Monseñor Paul Josef Cordes, para que lleve a esas poblaciones atribuladas la solidaridad espiritual y material de la Santa Sede y de la Iglesia universal”.