Cáritas Argentina firmó con el Estado argentino la renovación del convenio de meriendas que desde hace años le permite ofrecer ayuda alimentaria, y pidió que se extienda ese compromiso hacia las demás entidades y movimientos que colaboran con familias y niños, para que ninguna persona quede desprotegida.
Luego haber firmado el 7 de febrero un convenio con el Ministerio de Capital Humano por 310 millones de pesos argentinos (alrededor de 30.000 dólares estadounidenses) para continuar con la ayuda alimentaria a los más pobres, los obispos que integran la Comisión Episcopal de Cáritas aclararon que no se trata de un “acuerdo exclusivo entre la Iglesia y el Estado”.
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Este convenio, explicaron, no convierte a Cáritas en el único interlocutor en la ayuda a los más vulnerables, sino que existe un gran número de movimientos, asociaciones, centros vecinales y sindicatos que también se dedican a sostener la situación de los más pobres.
En ese sentido, afirmaron que “hoy nadie puede asumir la cantidad y complejidad del trabajo social de manera individual”, por eso insistieron en la necesidad de “integrar a todos aquellos que con enorme sensibilidad atienden a los más pobres y en que también se les dé la ayuda necesaria para que puedan seguir haciéndolo”.
“Ciertamente todos podemos crecer en transparencia, y un instrumento preciso son las auditorías. Entendemos que es un elemento fundamental para garantizar que todos los fondos adjudicados lleguen a los más pobres, que es nuestro principal objetivo”, sostuvieron.
Por eso, llamaron a “sortear las dificultades y desacuerdos presentes volviendo a poner en el centro lo que siempre ha debido seguir allí: las personas y familias que viven en la pobreza o la indigencia, especialmente los niños y los ancianos”.
La carta está firmada por Mons. Carlos Tissera, Obispo de Quilmes; Mons. Gustavo Carrara, Obispo Auxiliar y Vicario de la Arquidiócesis de Buenos Aires; y Mons. Roberto Álvarez, Obispo Electo de Rawson, Diócesis que será erigida el próximo fin de semana.
Mons. Carlos Tissera se refirió ante CNN Radio a la situación que se vive en los comedores comunitarios a raíz de la falta de alimentos, por lo que pidió al gobierno que “se sienten en la mesa otras organizaciones sociales”.
El prelado consideró que el Gobierno “tiene que recapacitar” y que “el diálogo debe ser el camino” para solucionar la falta de entrega de alimentos a comedores.
“Primero está la comida de la gente y uno anhela que sea traída por el trabajo, lo lógico sería que los argentinos pudieran comer lo que se ganan. Pero con este porcentaje de pobreza que hay, solucionar el tema alimentario es el principal problema de todos”, aseguró.
“No es justo que se estén haciendo convenios con la Iglesia y no con otros servicios, programas o redes de comedores y que se le quite la comida a la gente. Esto está más allá de un movimiento político”, evaluó el presidente de Cáritas.
Mons. Tissera también consideró injusto que debido a “sospechas de la dirección de algunos montos o ciertos grupos” se le quite la comida a la gente.
“Queremos que estén sentados en la mesa otros actores sociales e instituciones que son responsables de dar alimento. El diálogo tiene que ser el camino”, sostuvo.