Con el segundo período presidencial de Nayib Bukele a punto de comenzar, surgen interrogantes acerca de su posición en la lucha provida y otros importantes temas sobre la dignidad intrínseca del ser humano. ¿Es realmente un político conservador, defensor de la vida y de los valores tradicionales?
Bukele fue reelecto como presidente de El Salvador para un segundo mandato consecutivo, gracias a la mayoría del 84.66% de los votos que recibió en las elecciones del pasado 4 de febrero. Durante 5 años más, el líder del partido Nuevas Ideas continuará al frente del país centroamericano, con un proyecto político que no deja a nadie ajeno.
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Luego de varios años de carrera política, en la que desempeñó cargos como alcalde del municipio de Nuevo Cuscatlán, en el departamento salvadoreño de La Libertad), y como alcalde de San Salvador, la capital del país, Bukele fue electo presidente por primera vez en 2019, con el 53.10% de los votos.
A las alcaldías de Nuevo Cuscatlán y San Salvador llegó como miembro del partido Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN), afín a la ideología marxista y, en la región, a la Revolución Cubana de Fidel Castro.
En 2017, Bukele fue expulsado del FMLN por enfrentamientos con la cúpula del partido, aunque, de acuerdo a la prensa local, la versión oficial fue que su despido se debió a “una agresión verbal y física” contra una mujer.
Bukele siempre rechazó las acusaciones y las calificó como “un show para revestir de legalidad una decisión política”, alegando que los dirigentes del FMLN sólo buscaban sacarlo de la escena pública.
Pocos días después de su expulsión, anunció la creación del partido Nuevas Ideas, una organización que agrupa a personajes de las más variadas ideologías políticas. Luego se postuló a la presidencia en alianza con el partido de centroderecha Gran Alianza por la Unidad Nacional (GANA), resultando electo en 2019 y 2024.
El perfil ideológico de GANA pudo haber contribuido a construir la imagen de político conservador de la que hoy goza Bukele en algunos sectores.
Algunos afirman que Bukele es ambiguo y que su proceder con respecto a algunos temas relevantes no es claro. Tal es el caso de Sara Larín, presidente y fundadora de la plataforma provida salvadoreña VIDA SV, quien dialogó al respecto con ACI Prensa.
El Caso Beatriz y la posición ante el aborto de Nayib Bukele
En 2013, una joven salvadoreña de 22 años, llamada Beatriz, quedó embarazada de su segundo hijo. Beatriz padecía lupus y era muy pobre. Además, a su bebé le diagnosticaron anencefalia, una enfermedad congénita que haría nacer al bebé sin partes del encéfalo y el cráneo.
Al enterarse de la situación, varias organizaciones manipularon y convencieron a Beatriz de solicitar el permiso para un aborto a la Corte Suprema de El Salvador. Su caso podría servir para introducir el aborto por causales en el país, por riesgo de vida de la madre y por enfermedad del feto incompatible con la vida), y así lograr establecer el aborto como un supuesto derecho humano.
El aborto en El Salvador está completamente prohibido, y la Constitución vigente en el país reconoce "como persona humana a todo ser humano desde el instante de la concepción".
Finalmente, la petición de Beatriz fue negada y a las 26 semanas de embarazo se le practicó una cesárea para intentar salvar la vida de su bebé, quien falleció pocas horas después del procedimiento producto de su condición. El “Caso Beatriz” se convirtió en uno emblemático de la lucha provida en El Salvador.
Las organizaciones abortistas apelaron la decisión de la Corte Suprema salvadoreña y elevaron el caso hasta la Corte Interamericana de Derechos Humanos (Corte IDH) —incluso después del fallecimiento de Beatriz, víctima de un accidente de motocicleta—, buscando presionar al Estado salvadoreño para que se introduzcan modificaciones a la legislación provida del país. En 2024 se espera el veredicto final de la Corte IDH sobre el caso.
Durante el desarrollo de estos acontecimientos, Bukele celebró la solicitud de aborto que introdujo Beatriz ante la Corte Suprema y añadió: “ojalá está madre no muera por nuestra ignorancia”.
“Nayib Bukele ha dicho muchas veces que está en contra del aborto. Sin embargo, cada vez que le preguntan, siempre añade que está a favor de la despenalización del aborto cuando existe riesgo para la salud de la madre y que en esos casos el estado debe proteger a la mujer, porque es muy fácil hablar de eso siendo hombre”, comentó Sara Larín.
Bien por la admisión de amparo de la Sala de lo Constitucional en el caso de maternidad, ojalá está madre no muera por nuestra ignorancia.
— Nayib Bukele (@nayibbukele) April 17, 2013
Se ha demostrado en sede judicial que Imelda no abortó, sino que fue víctima de violación y luego del sistema que la encarceló.
— Nayib Bukele (@nayibbukele) December 17, 2018
Esto no hubiera pasado si Imelda no fuera pobre, nunca vemos mujeres con recursos acusadas de aborto.
Soy pro-vida, pero estoy feliz por Imelda.
Para la presidente de VIDA SV, es curioso que, aunque el gobierno de Bukele diga luchar por los intereses nacionales de El Salvador, aún no exista ningún pronunciamiento en contra de las pretensiones de la Corte IDH de interferir en los asuntos internos del país.
“Incluso los actuales presidentes de Argentina y Costa Rica se han pronunciado públicamente sobre el Caso Beatriz, manifestando que deberá ser necesario evaluar la participación de sus paises en la jurisdicción de la Corte IDH, si el fallo resulta en una condena contra El Salvador en el que le ordenen despenalizar el aborto”, manifestó.
Por otro lado, Neydy Casillas, vicepresidente para asuntos internacionales del Global Center for Human Rights, argumentó en declaraciones a ACI Prensa que si bien en 2013 el entonces alcalde Bukele se posicionó a favor de la despenalización del aborto con respecto al Caso Beatriz, con el paso de los años su postura fue “madurando”.
Casillas remarca que Bukele ha crecido “como persona” y “como presidente”, además de que “es un hombre joven con una gran responsabilidad”. Y añadió: “Yo veo todo un camino donde Dios está presente, está obrando, y hay que dar gracias a Dios por eso”.
Al igual que Larín, también puntualizó el peligro que significaría un eventual fallo de la Corte IDH en contra de las leyes que protegen la vida y la dignidad humana en El Salvador. Casillas indicó que hoy la Corte “parece más una ONG activista que un tribunal”.
“Que la Corte reinterprete un artículo de la Convención pone en riesgo todo el sistema interamericano de derechos. Es una gran amenaza contra las democracias y las soberanías latinoamericanas”, precisó.
Además del Caso Beatriz, en El Salvador existen otros dos: el “Caso Manuela” y el Caso “Las 17”, que han llamado la atención del país y de la comunidad internacional, pero sobre los que tampoco han existido declaraciones gubernamentales a favor de la vida.
El futuro próximo de la lucha provida en El Salvador
El presidente salvadoreño se ha posicionado en la región como una figura que defiende la vida y la dignidad humana. Para Larín, esto es producto de los “elocuentes y persuasivos discursos de Bukele”, que atraen a los activistas del conservadurismo político latinoamericano que sólo buscan “avanzar mediáticamente en sus agendas personales”.
“Me atrevo a decir, que esas voces que elevan a Bukele como un héroe de los valores tradicionales, están siendo insolidarios, desconsiderados e injustos con los que tenemos que hacer el trabajo duro y permanente de defender a los niños salvadoreños de todas las amenazas legislativas que se han presentado durante su gobierno”, expresó.
Durante el primer gobierno “bukelista”, el vicepresidente Félix Ulloa impulsó una reforma que buscaba darle rango constitucional al aborto, la eutanasia y la ideología de género.
El proyecto, originado y apoyado en la Casa Presidencial, fue ampliamente criticado por la sociedad civil, lo que obligó a Bukele a desmarcarse y frenar la iniciativa.
A pesar de todo, Ulloa —identificado con la izquierda— fue ratificado en su cargo y algunos activistas provida han denunciado que continúa haciendo promoción de las reformas constitucionales en las universidades del país.
“Si juzgamos de acuerdo a los hechos, Bukele es realmente un político que se posiciona más a favor de la cultura de la muerte”, precisó Larín.
“Si fuera realmente provida y defender a los niños fuera su prioridad, se desmarcaría del vicepresidente Félix Ulloa, por haber presentado una reforma constitucional que incluía una puerta al aborto, la ideología de género, la eutanasia, las uniones civiles entre personas del mismo sexo, limitaba los derechos de los padres sobre la educación de sus hijos y degradaba a la Iglesia Católica de su rango constitucional”, agregó.
Sobre esto, Neydy Casillas tiene una perspectiva diferente. Para la vicepresidente para asuntos internacionales del Global Center for Human Rights “la política es compleja” y “no hay partidos ni gobiernos perfectos, así como ningún hombre es perfecto en este mundo”.
“Es realmente el arte de lo posible, donde hay que buscar el equilibrio entre lo ideal y lo real. En ese sentido, hay que evaluar las políticas, las leyes, los resultados, el bien común, el respeto de la dignidad humana de cada persona. El juicio personal, no es nuestro, sino de Dios”, manifestó.
Además, Casillas resaltó que Bukele representa un cambio de paradigma en la política tradicional, que “respeta sobre todo la voluntad y los valores del pueblo salvadoreño” y que, mientras esa conexión se mantenga, los resultados de su gestión a favor de la vida serán positivos.
“Bukele está marcando un cambio de época, tal vez un cambio generacional, donde la política y las instituciones cambian a una velocidad difícil de asimilar. Hay que estar atentos porque tienen muchas cosas positivas que aportar. Riesgos hay siempre”, afirmó.
Sara Larín también denuncia que desde el despacho de la primera dama se han propuesto campañas para intentar redefinir el matrimonio tradicional, para permitir la adopción homosexual. “El Salvador es tan provida, que a pesar del poder político que tiene Bukele, los principios de la vida, la familia y la libertad religiosa no son negociables”, manifestó.
Para ella, la situación en el país centroamericano —aunada a una muy próxima decisión de la CIDH sobre el Caso Beatriz— puede ser definitoria para toda la región en materia de aborto y derechos fundamentales.
El nuevo período presidencial de Nayib Bukele iniciará el 1 de junio de 2024 entre controversias. Varios de sus detractores indican que la Constitución salvadoreña no permite los mandatos consecutivos, y que Bukele pone las leyes en un segundo plano “para hacer lo que él cree que es mejor”.
De acuerdo al artículo 152 de la Constitución de El Salvador, no puede postularse a la Presidencia de la República quien haya ocupado el cargo “por más de seis meses, consecutivos o no, durante el período inmediato anterior, o dentro de los últimos seis meses anteriores al inicio del período presidencial”.
En medio de polémicas decisiones de la Justicia salvadoreña, Bukele pidió licencia para el cargo de presidente de El Salvador el 30 de noviembre de 2023, con miras a postularse al segundo mandato en las elecciones realizadas el 4 de febrero de 2024, en las que finalmente triunfó.
Larín visualiza “muchas otras noches de desvelos y sacrificios” en los próximos 5 años para los activistas en favor de la vida y la dignidad humana. Asimismo, resalta el gran valor provida de la legislación salvadoreña “por el reconocimiento que dan a los derechos de la persona humana desde el instante de la concepción”.
“Ahora, con la reelección de Bukele, la Constitución de El Salvador es otro papel más que se puede ignorar o cambiar al deseo antojadizo del político más popular de turno”, concluyó.
“El político más popular de turno”
Nayib Bukele goza de un gran apoyo popular, como reconoce Larín, algo que puede explicarse gracias a sus políticas de seguridad que redujeron dramáticamente los índices delictivos en El Salvador. Cecilia Rivera, diputada al Parlamento Centroamericano por el partido Nuevas Ideas, defendió el gobierno “bukelista” y categorizó al presidente como un “gran defensor de la vida humana”.
Rivera reivindicó la legitimidad de la reelección de Bukele, resaltando la “enorme cantidad de votos” que recibió tanto dentro como fuera del país”. Además, indicó a ACI Prensa que “lo importante es el sentir del pueblo salvadoreño a favor del presidente, que reconoce su liderazgo”, algo que afirma comprobar día a día gracias a su trabajo en zonas rurales.
Sobre el tema del aborto, Rivera puntualizó que “nuestro presidente ha sido claro y ha concluido que la Constitución debe mantener sus principios y la fe puesta en Dios”. Asimismo añadió: “En ningún ente del Estado se ha dado cabida a que se le abra la puerta a estos temas. Definitivamente Nayib Bukele es un defensor de la vida desde todas sus ópticas”.
Sin embargo, al ser consultada sobre el Caso Beatriz y la postura de Bukele, la diputada Rivera manifestó que prefería no ofrecer declaraciones al respecto.
De igual manera, sobre la reforma constitucional impulsada por el vicepresidente Ulloa, Rivera expresó que “en el momento en que se presentó (2021) no eran una prioridad para El Salvador”. Además, afirmó que desconoce si se volverá a impulsar un proyecto similar en el futuro cercano.
“Yo siempre he escuchado (de Bukele) discursos contundentes contra el aborto y desconozco si alguna vez ha mencionado que lo acepta sólo cuando la vida de la madre está en juego. Siempre en sus discursos el aborto ha sido un no rotundo”, indicó.
Por último, Rivera resaltó las relaciones del Estado salvadoreño con la Santa Sede, afirmando que el Vaticano ha sido “muy respetuoso con respecto el principio de no injerencia”. Concluyó explicando que, hace algunos años, la feligresía católica no podía celebrar su fe en paz debido a la inseguridad y que, hoy en día, esa situación ha cambiado radicalmente.
Un llamado a Bukele y a su gobierno a ser congruentes con su discurso
Durante su primer mandato, se abrieron en el país cuatro clínicas de reproducción artificial, que ofrecen servicios de fecundación in vitro, congelamiento de gametos y diagnósticos genéticos preimplantacionales, que permiten descartar los embriones con síndrome de down que crean en sus laboratorios.
“Esta permisividad evidencia que su postura sobre el aborto no tiene una profundización sobre el verdadero valor de la vida humana”, sentenció Sara Larín, quien exhorta al presidente salvadoreño a mostrar “verdadero interés por la salud de las madres” y a no actuar con una “incoherencia extrema” en temas tan delicados e importantes para la sociedad y el futuro del país.