El Arzobispo de Arequipa (Perú), Mons. Javier del Río Alba, señaló que lo que un enfermo necesita, especialmente los que tienen una dolencia grave o incurable, es el amor de Dios y el de los demás.
En un artículo enviado a ACI Prensa este sábado 10 de febrero, en la víspera de la fiesta de la Virgen de Lourdes y la Jornada Mundial del Enfermo que se celebra el domingo 11, el prelado advierte que en el mundo actual son cada vez más los enfermos que sufren el abandono y la soledad, incluso por parte de sus familiares.
Recibe las principales noticias de ACI Prensa por WhatsApp y Telegram
Cada vez es más difícil ver noticias católicas en las redes sociales. Suscríbete a nuestros canales gratuitos hoy:
“Es uno de los frutos podridos de una autocomprensión del hombre que se va extendiendo cada vez más y que lo reduce a su dimensión material e intramundana. Según esa visión, la persona ya no vale por el simple hecho de existir sino por aquello que posee y puede aportar a los demás”, alertó el Arzobispo en su artículo titulado “A los enfermos, con amor”.
Así, continúa el Arzobispo, “en la nueva pseudocultura que se va globalizando, cada vez hay menos espacio para los pobres, los débiles, los niños por nacer, los enfermos incurables y los ancianos”.
“No es por casualidad que en las últimas décadas haya aumentado de modo alarmante el número de abortos y suicidios juveniles, y en sociedades que se consideran ‘desarrolladas’ también la cantidad de personas que piden la eutanasia o el suicidio asistido”, subraya.
“Muchas de estas lo hacen porque se les ha hecho creer que son una carga para la familia y la sociedad…y se sienten solas y abandonadas”.
Por ello, prosigue el prelado, “el Papa Francisco nos llama a cuidar de modo especial a los enfermos y nos explica que ‘cuidar al enfermo significa, ante todo, cuidar todas sus relaciones: con Dios, con los demás –familiares, amigos, personal sanitario–, con la creación y consigo mismo’”.
“Cuando estamos enfermos es cuando más necesitamos de la cercanía y el amor de los demás, y también de unirnos más a Dios a través de su Hijo Jesucristo”, refiere Mons. del Río.
El Arzobispo de Arequipa cita luego una declaración de 1980 de la Congregación para la Doctrina de la Fe, que precisa que “además de los cuidados médicos, lo que necesita el enfermo es el amor, el calor humano y sobrenatural, con el que pueden y deben rodearlo todos aquellos que están cercanos, padres e hijos, médicos y enfermeros”.
Mons. del Río destaca luego que “el enfermo necesita experimentar la presencia y el amor de Dios a través de su Palabra, la gracia de los sacramentos y la cercanía de la Iglesia”.
Por eso, concluye, “quisiera hacer un llamado a quienes tienen en casa a algún enfermo o anciano que no puede acudir a su parroquia: avísenle al párroco o a algún sacerdote que conozcan, para que lo visiten él y los agentes pastorales de salud de la parroquia. Hagamos nuestra la mirada compasiva de Jesús y, ante la ‘cultura del descarte’, ‘hagamos crecer la cultura de la ternura y la compasión’, como nos pide el Papa”.