Cada 11 de febrero la Iglesia Católica celebra la fiesta de Nuestra Señora de Lourdes, en conmemoración de las apariciones de la Inmaculada Concepción a la niña Bernardita Soubirous en 1858 en las faldas del prepirineo francés.
Fueron 18 encuentros “entre dos adolescentes” como le gustaba decir a la santa francesa, que se han transformado hoy en un lugar de peregrinación al que acuden 3 millones de personas al año y en el que se han verificado 70 curaciones inexplicables, reconocidas de manera oficial como milagros.
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El santuario, bajo la autoridad de la Conferencia Episcopal Francesa, atrae de manera muy especial a quienes padecen enfermedades, que suelen acudir acompañados por voluntarios organizados a través de las Hospitalidades diocesanas.
El consiliario de la Hospitalidad y director espiritual del Seminario Conciliar de la Archidiócesis de Madrid, P. Guillermo Cruz, expone a ACI Prensa los seis principales mensajes de la espiritualidad que se vive en Lourdes.
1. El Santuario de Lourdes es un lugar de misericordia
El P. Cruz destaca que “lo primero que manifiesta la Virgen a Santa Bernadette es el amor inmenso de Dios por Ella”, lo que se pone de manifiesto en especial en que, durante las apariciones, la pequeña se encuentra con “una mujer que le sonríe, la trata con una dignidad que la gente no tenía con ella al pedirle que fuera a rezar allí”.
Bernadette era la hija mayor de un matrimonio piadoso, pero arruinado que además contaba con una frágil salud. Es este trato misericordioso el que hace que la santa se sienta “atraída por una mujer que viene del cielo, con la que reza”, detalla el presbítero.
2. El Santuario de Lourdes es un lugar de conversión
Un aspecto importante para quienes se acercan al Santuario de Lourdes es la dimensión penitencial de su mensaje. No en vano, el lugar cuenta con un viacrucis monumental que recorre una montaña y otro en plano dentro del recinto, junto al río, accesible a todos los peregrinos.
En un momento de las apariciones, la Virgen le dice a la pequeña vidente: “Ven a beber a la gruta”. Esta petición “implica que Bernadette tiene que ir, agacharse, embarrarse la cara”, explica el P. Cruz, y “de ahí las únicas palabras dijo durante la aparición: ‘Penitencia, penitencia, penitencia’”,porque “toda la experiencia de ir al agua de Lourdes pasa por la conversión y la penitencia por los pecadores”, añade.
3. El Santuario de Lourdes es un lugar de peregrinación
El consiliario de la Hospitalidad de Nuestra Señora de Lourdes de Madrid afirma que Lourdes es “un lugar de peregrinación-Iglesia”. Fue la Virgen la que pidió “que se venga aquí en procesión y se haga una capilla”. Por eso, explica, “se trata de un lugar donde ir, un lugar donde hacer una procesión y tener una capilla. Se convierte en una meta, como lugar de peregrinación, donde aprendemos a vivir” y esa meta “es la Iglesia, la capilla que pide, donde todos encontramos nuestro lugar”.
4. Las apariciones nos llevan a confiar más en la Iglesia
La Virgen de Lourdes se presenta a Santa Bernardita afirmando: “Que soy la Inmaculada Concepción”. Un nombre que la niña desconocía en su literalidad y su significado, cosa que sorprendió a los clérigos que recibieron su testimonio.
De esta manera, asegura el P. Cruz, “la Virgen confirma el dogma aprobado cuatro años antes” de tal forma que “la aparición nos lleva a confiar más en la Iglesia”.
Por otro lado, las palabras de la Virgen remiten “al nombre que utilizó el Ángel en la Anunciación al decir ‘Dios te salve llena de Gracia’. En este sentido, el presbítero reflexiona que “nuestro verdadero nombre es como Dios nos ve”.
5. La humildad de Santa Bernardette
“En Lourdes el mensaje es Santa Bernadette” porque, más allá de las pocas palabras que nos ha transmitido Bernadette de las apariciones lo importante es lo que ocurre en ella”.
Durante las apariciones, “la gente no ve a la Virgen, pero la ve a ella rezar de una manera única, cómo se humilla cuando va al fondo de la gruta a beber” y cómo se presenta “con una entereza grande cuando tiene que pedir al párroco la capilla y la procesión”.
Todo ello a pesar de que “es en una niña enferma y con poca formación”, motivo por el cual se hace más evidente “el obrar de Dios” en las personas. “Este es el verdadero mensaje”, añade.
6. Lourdes, un lugar de curaciones y milagros
Por último, como es conocido, Lourdes es un lugar donde hay curaciones y milagros. Esto sucede “desde el primer momento, pues durante las apariciones ya se produjo la primera curación”. Fue la curación, el 1 de marzo de 1858, de la parálisis del brazo derecho que padecía desde año y medio antes Catherine Latapie.
“Lourdes es un lugar en donde peregrinamos los necesitados, donde en primer lugar se experimenta la misericordia y donde, como muestra, algunos se han curado”, concluye el P. Cruz.