Al cumplirse un año del devastador terremoto que afectó Turquía y Siria, el 6 de febrero de 2023, Cáritas Internacional presentó un balance con las iniciativas impulsadas por la Iglesia Católica para atender a las víctimas y colaborar con la reconstrucción de ambos países.
Aún hoy, las oficinas de Cáritas, “con el apoyo de toda su red mundial, siguen prestando ayuda a la población local [de Turquía y Siria] que la necesita desesperadamente”, compartió la organización en su página web.
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Según las autoridades turcas, la tragedia dejó más de 50.000 fallecidos en el país, y alrededor de 6.000 en territorio sirio. Un par de días después del terremoto, el Papa Francisco agradeció "a quienes se esfuerzan por llevar socorro" y animó "a todos a solidarizarse con esos territorios, algunos de ellos ya maltratados por una larga guerra".
Varias propiedades de Cáritas Internacional en Turquía recibieron daños estructurales, sin embargo eso no ha impedido que se desarrollen con normalidad diversos programas humanitarios a lo largo de este año.
Los planes de ayuda humanitaria de Cáritas en Turquía se centraron inicialmente en la distribución de alimentos y kits de higiene. Sin embargo, después se ensanchó el panorama para garantizar que los afectados recibieran una atención más integral.
En ese sentido, la organización informó que —hasta diciembre de 2023— habían entregado en el país euroasiático más de 6.280 comidas, 4.422 paquetes de alimentos y 5.201 artículos de higiene. Asimismo, indicaron que 121 familias recibieron material escolar y 221 recibieron subsidios para pagar sus rentas.
Además, se repartieron 1798 ventiladores, 9.444 paquetes de leña y carbón, y 336 aparatos de calefacción entre las poblaciones damnificadas. La situación humanitaria en Turquía se vio agravada por las inundaciones de los últimos meses, especialmente en materia de vivienda, por lo que Cáritas adquirió 73 contenedores prefabricados y ya están en marcha diversas actividades de apoyo al alojamiento.
Mons. Paolo Bizzeti, presidente de Cáritas Turquía y Vicario Apostólico de Anatolia, señaló que, incluso un año después, la emergencia aún no termina. “El número de desplazados es elevado y la reconstrucción requerirá tiempo y la ayuda de todos”, precisó.
Por otro lado, la realidad siria es aún más grave. Desde antes del terremoto de 2023, más de 15 millones de personas ya necesitaban asistencia humanitaria, debido a la guerra que sufre el país desde hace 13 años.
Allí, Cáritas entregó 8.486 paquetes de alimentos, 8.736 kits de higiene, 2.950 paquetes con cajas de agua potable, 750 colchones y 10.133 mantas. No conforme con ello, la organización humanitaria de la Iglesia Católica ha contribuido a reparara 20 escuelas y 330 refugios, en Alepo, Hama y otras ciudades.
Al igual que en Turquía, muchas familias sirias han recibido apoyo para pagar sus alquileres y, gracias a Cáritas, se han llevado a cabo más de 500 intervenciones quirúrgicas.
“Caritas Internationalis mantendrá su compromiso de mantener la atención internacional sobre la difícil situación de las poblaciones damnificadas por el terremoto. Un año después, desgraciadamente, ya no se habla de la situación en las zonas afectadas por el seísmo”, indicó desde Siria el secretario general de Cáritas Internacional, Alistair Dutton.
Y concluyó que “se pasan por alto y se subestiman las consecuencias a largo plazo que el conflicto de Gaza puede tener en toda la región de Oriente Próximo, incluida Siria. Estamos orgullosos y agradecidos por el increíble trabajo realizado por Cáritas Siria y Caritas Turquía”.