La comunidad católica de Buenos Aires prepara los festejos en torno a la canonización de María Antonia de San José, conocida como Mama Antula, quien el sábado 11 de febrero se convertirá en la primera santa mujer argentina.
Aunque nació en la provincia de Santiago del Estero, fue en Buenos Aires donde fundó la Santa Casa de Ejercicios Espirituales, una gran obra que continúa funcionando en la actualidad.
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Por ese motivo, su figura ha dejado una huella imborrable en la religiosidad de la capital argentina, y allí descansan sus restos. Por eso, la Arquidiócesis organiza actividades para celebrar su paso a los altares.
En la Basílica de Nuestra Señora de la Piedad se celebrará la Misa y habrá momentos de oración y una vigilia. Además, se transmitirá en vivo la ceremonia de canonización.
Desde el lunes 5 de febrero y hasta el sábado 10, en la basílica se rezará una oración de preparación, con una Misa diaria a las 19:00 horas.
El miércoles 7 a las 20:00 horas, el profesor Bolívar Baliñas dará una conferencia sobre la futura santa; el sábado 10 se realizará una vigilia y, a las 18:00 horas, habrá Adoración al Santísimo. A las 19:00 horas de ese día se celebrará la última Misa dedicada a la beata María Antonia y, a partir de las 21:00 horas se realizará una peña folklórica con sorteos de regalos.
El domingo 11 a las 5:00 horas la concentración será en el colegio La Piedad y, a las 5:30, se proyectará en directo la ceremonia de canonización que presidirá el Papa Francisco.
A las 10:30, se celebrará una Misa en la basílica, presidida por el Obispo Auxiliar de Buenos Aires, Mons. Gustavo Carrara.
Luego se podrán venerar las reliquias de la santa y finalmente habrá una procesión con el estandarte de Mama Antula.
Una santa audaz, alegre y fraterna
Al convocar a los fieles a participar de las distintas actividades, el Arzobispo de Buenos Aires, Mons. Jorge García Cuerva, convocó a “compartir juntos la alegría de la canonización de la primera santa argentina, la que todos conocemos como Mama Antula”.
Al referirse a la próxima santa, describió a “una mujer laica del siglo XVIII”, cuya vida tiene notas “muy buenas, muy importantes y muy necesarias para nuestra época”.
“Por un lado, una santa audaz, comprometida con su época, que se jugó a fondo por lo que quería, que era fundamentalmente llevar adelante los ejercicios espirituales de san ignacio, por su gran amor a Jesús”, describió.
“En segundo lugar, una santa que vivía la idea de comunidad, porque sabía que el Evangelio era para todos. Por eso se relata que en sus ejercicios espirituales participaba la familia del virrey, gente de la aristocracia porteña, pero también gente común, gente sencilla, porque ella juntaba a todos como hermanos en esos ejercicios espirituales”, recordó.
En tercer lugar, destacó que “era una santa alegre; una mujer laica alegre. Cuentan que entre sus devociones especiales estaba la devoción a San Felipe Neri, justamente el santo de la alegría”.
“Por un lado, damos gracias a Dios por esta nueva santa, y por otro lado le damos gracias a ella por su testimonio de vida, y al mismo tiempo le pedimos a Mama Antula que nos regale a nosotros la audacia y la creatividad apostólica que ella tuvo, que nos regale la idea de la fraternidad y la de vivir en comunidad, con todos, porque somos hermanos más allá de nuestras diferencias; y que nos regale —porque la necesitamos mucho— la alegría”, concluyó.