Una frase de la película Libres reavivó la llama de una llamada a la vida monacal que ahora germina tras permanecer oculta, como la semilla en otoño, durante décadas. El pintor sevillano José María Méndez será monje trapense desde finales de febrero.
“Todo este brillo de nuestra sociedad es capaz de distraer y a veces, toda la vida, a una persona. No la llena, pero la distrae”, dice uno de los monjes que participan en la película documental sobre la vida contemplativa que se convirtió en un éxito internacional.
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José María Méndez reaccionó a esa frase con un sí a la vida monástica “porque la intención, la inquietud estaba latente, abandonada o erradicada para no frustrarme por no poder atenderla” debido, sobre todo, a sus obligaciones familiares.
Así explica este pintor sevillano de 53 años cómo le impactó este documental hasta el punto de oír con claridad esa llamada: “Tú ya has tenido todo, lo dejas y te vienes conmigo. Así lo entendí en ese momento y no ha habido marcha atrás. Simplemente, una búsqueda de cómo llevarlo a cabo”, detalla en conversación telefónica con ACI Prensa.
José María será monje trapense
Así, entrará a finales de febrero en el priorato de Santa María de las Escalonias, de la Orden Cisterciense de la Estricta Observancia (u Orden de la Trapa), ubicado en la sierra del mismo nombre, en la provincia sureña de Córdoba (España).
“Allí he encontrado mi casa”, explica, y le espera una comunidad monástica “serena y muy familiar” -la única masculina de Andalucía- compuesta por otros ocho hombres que le ha recibido “con los brazos abiertos, de una forma que me ha sorprendido”, asegura.
Se trata de un lugar que conocía desde hace 27 años, cuando se retiró para preparar una exposición: “Me encandiló y me fascinó”, reconoce, lo cual es esencial porque el maestro de novicios le explicó que “hay que estar enamorado del sitio por el voto de estabilidad”.
No sólo el entorno le resultó atractivo: “El monasterio tiene unas cocineras magníficas en la hospedería, que son las que nos atienden. Y bueno, pues me ha ayudado también a decidir que es el sitio adecuado”, detalla.
“Cuando puse el pie allí el primer día de la experiencia monacal, dije: este es mi sitio”, añade, y así será hasta el final salvo que le pidan acudir a otro monasterio. En todo caso, eso no está en los planes de José María, que ve claro permanecer en el lugar para siempre: “Así puedo mantener mi tumba lista para el momento”, afirma.
Con fe “la muerte se ve como una liberación”
La forma sencilla y profunda de referirse a la muerte es propia de quien la ha vivido de cerca con fe. No en vano, su hermano fue víctima de un crimen y su familia siempre afrontó el suceso desde la serenidad y el perdón.
Aquella experiencia “confirmó mi fe, me hizo ver que la fe ayuda en los momentos duros”, explica, pues con esa certeza “la muerte se ve como una liberación y un encuentro con los seres que tú quieres. Lo que quiero a estas alturas de la vida es garantizarme ese futuro seguro”, expone.
“He tenido claro que Dios me ha llamado”
José María narra que su periodo de discernimiento no ha sido doloroso porque “debe ser un sufrimiento el no saber qué hacer, dónde ir… yo he tenido claro que Dios me ha llamado”. No se trata de una huida. José María afirma haber vivido hasta ahora “una vida plena” en lo familiar y lo profesional.
Hasta hace poco, daba clase de pintura a medio centenar de personas y tenía numerosos encargos. Cuando la película despertó su vocación, estaba en mitad de ocupaciones muy normales: tenía la reforma de un baño a medias y estaba punto de mudarse a vivir a la desembocadura del río Guadalquivir, a Sanlúcar de Barrameda.
Además, contaba con numerosos encargos profesionales, algunos de los cuales aún tiene que atender antes de ingresar en el monasterio. Entre otros, el envío de varios retratos a Luxemburgo y Bélgica.
“Mi nuevo oficio es rezar”
En todo caso, toca desprenderse de lo material, lo que no siempre es fácil, sobre todo por el valor sentimental. José María subraya que “está siendo un proceso muy bonito, sin eliminar momentos muy emocionantes”, pues no sólo se trata de sus enseres sino de recuerdos familiares de todo tipo.
Sin embargo, este proceso no le hace dudar: “La decisión es tan radical que se produce el choque emocional puntual, y ya está”, afirma quien ha preferido regalar algunos cuadros y entregar sus libros a los amigos.
Aún desconoce si podrá seguir dedicándose a la pintura religiosa, como ya ha hecho en el pasado dentro de los muros del monasterio, aunque no le preocupa. “La pintura es secundaria y lo decidirá el prior en su momento, pero no es mi intención, porque mi nuevo oficio es rezar”.
La película Libres
En abril de 2023 se estrenó en España la primer película documental que consigue traspasar los muros de 12 conventos de clausura españoles, en un viaje al interior de estas comunidades y sus habitantes inédito.
Libres se convirtió pronto en un éxito internacional que ha cautivado a miles de espectadores en todo el mundo. Ópera prima del director Santos Blanco, ha sido producida por Bosco Films en colaboración con la Fundación DeClausura que ayuda a la supervivencia de las comunidades monásticas en España.