El Cardenal Joseph Zen ze-kiun, Obispo Emérito de Hong Kong, criticó la declaración Fiducia supplicans, que permite la bendición de parejas del mismo sexo y en situación irregular, y cuestionó si el prefecto del Dicasterio para la Doctrina de la Fe, Cardenal argentino Víctor Manuel “Tuco” Fernández, debería renunciar.
En un reciente comentario publicado en su sitio web, el cardenal de 92 años se refirió al Cardenal Fernández y cuestionó: “Si el prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe está cometiendo herejía al calificar de ‘bueno’ un pecado grave, ¿no debería renunciar o ser destituido?”.
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La confusión generada por Fiducia supplicans
El purpurado, uno de los cinco firmantes de los dubia (preguntas) enviadas al Papa Francisco en 2023 en el marco del Sínodo de la Sinodalidad sobre cuestiones de doctrina y disciplina, lamentó que Fiducia supplicans enfatice “repetidamente la necesidad de evitar la confusión, pero las bendiciones alentadas por la declaración crean de hecho confusión”.
El Obispo Emérito de Hong Kong señaló además que “los medios de comunicación seculares, por supuesto, añadirán intencionadamente confusión, pero ¿por qué la Santa Sede no disuade a los pastores pro-LGBTQ de la Iglesia, como el P. James Martin, S.J. o la Hna. Jeannine Gramick, de crear confusión intencionadamente o de observar algunas de las normas que se indican en la declaración, como en Alemania y en algunas otras diócesis? ¿Es coherente con los principios pastorales crear confusión sobre esta importante cuestión?”.
El jesuita estadounidense James Martin, consultor del Dicasterio para las Comunicaciones, es conocido por su activismo pro-LGTB en la Iglesia Católica. Al día siguiente de la publicación de Fiducia supplicans se difundió una foto en la que él imparte la bendición de una pareja de homosexuales varones.
La hermana Jeannine Grammick es una religiosa cofundadora de la organización New Ways Ministry, que años atrás fue acusada de causar “confusión” en la moral sexual entre los fieles católicos por la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos y por la entonces Congregación –hoy Dicasterio– para la Doctrina de la Fe.
Fiducia supplicans y las intenciones de las parejas
El Cardenal Zen recordó luego que el numeral 38 de la declaración señala que las parejas que soliciten una bendición, también pueden pedir “la gracia y la fuerza de Dios para poder cumplir plenamente la voluntad de Dios”.
“Si esto fuera verdad, entonces sería fácil para un sacerdote introducirlos en la Voluntad Divina. Pero aquí está el problema: la declaración dice que el sacerdote no debe examinar si tienen tales intenciones. ¿Cómo puede el sacerdote dar una bendición si no está seguro de que tienen tal intención, o si tiene razones para sospechar que no tienen tal intención en absoluto?”.
“En el Evangelio, hay veces en que la gente le pide a Jesús que los cure, pero Él primero dice: ‘Tus pecados están perdonados’. Su principal preocupación era liberar a la gente de sus pecados (y, por supuesto, ya les había dado la gracia de confesar sus pecados)”, prosigue.
En ese sentido, el purpurado interrogó: “Si el sacerdote no está seguro de que la ‘pareja’ con la que está tratando tiene la intención de vivir en plena observancia del modo de vida de Dios, o si está seguro de que no reconocen en absoluto que viven en pecado, ¿no debería introducirles en la voluntad de Dios de la manera más amorosa?”.
Lo más grave de Fiducia supplicans para el Cardenal Zen
Para el Cardenal Zen, “lo más grave es que la declaración de la Congregación (Dicasterio) para la Doctrina de la Fe afirma que el comportamiento sexual en las relaciones homosexuales tiene sus bondades, que puede ‘progresar’ y ‘crecer’”.
Del mismo modo, “el Papa (o más probablemente el Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe), en su respuesta a las preguntas de los cinco cardenales, ¡también dijo que el amor sexual entre personas del mismo sexo es ‘similar’ al amor conyugal!”, continuó el purpurado chino.
Esto, subrayó, “se trata de un error subjetivo absoluto. Según la verdad objetiva, ese comportamiento es un pecado grave y nunca puede ser bueno”.
Parte de la respuesta a una de las preguntas presentadas por los cinco cardenales en 2023, indica lo siguiente: “La Iglesia tiene una concepción muy clara sobre el matrimonio: una unión exclusiva, estable e indisoluble entre un varón y una mujer, naturalmente abierta a engendrar hijos. Sólo a esa unión llama ‘matrimonio’. Otras formas de unión sólo lo realizan ‘de modo parcial y análogo’ (Amoris laetitia 292), por lo cual no pueden llamarse estrictamente ‘matrimonio’”.