El Papa Francisco recibió esta mañana en el Vaticano a los miembros del Comité Nacional por el centenario del nacimiento del P. Lorenzo Milani, sacerdote italiano que destacó por su labor educativa a favor de los pobres tras una fuerte conversión.
El P. Lorenzo Milani nació en 1923 en la ciudad de Florencia, ubicada en la región de Toscana (Italia), en el seno de una familia rica y atea.
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En su discurso a los miembros del comité, el Santo Padre remarcó que el acontecimiento central en la vida del P. Milani fue su conversión, “que hace de él un creyente, un sacerdote enamorado de la Iglesia, un fiel servidor del Evangelio entre los pobres”.
En 1947, Milani fue ordenado sacerdote y fue enviado a la parroquia de San Donato en la localidad de Calenzano, donde se conmovió ante la pobreza de la gente y abrió su primera “escuela popular”, dirigida a todos los niños sin distinción de clase social ni religión.
Fue asignado luego como párroco a la pequeña localidad de Barbiana, donde la gente era aún más pobre que en Calenzano. Allí también impartía clases a los niños en las tardes, hasta que en 1956 decidió abrir una escuela a tiempo completo para darles formación industrial.
El Santo Padre resaltó que “la escuela era el ámbito en el que trabajar por un gran propósito, un propósito que iba más allá: devolver la dignidad a los últimos, el respeto, los derechos y la ciudadanía, pero sobre todo el reconocimiento de la filiación de Dios, que nos comprende a todos”.
Destacó también que el P. Milani “vivió plenamente las bienaventuranzas evangélicas de la pobreza y la humildad, dejando sus privilegios burgueses, su riqueza, sus comodidades, su cultura elitista para hacerse pobre entre los pobres”.
“Y nunca se sintió disminuido por esta elección —precisó—, porque sabía que ésa era su misión”.
Según el Papa Francisco, el sacerdote italiano se preguntó: “cómo puede la Iglesia ser significativa e impactar con su mensaje para que los pobres no se queden cada vez más atrás”.
El Santo Padre explicó que “con sabiduría y amor” encontró la respuesta en la educación, a través de su modelo de escuela, es decir, “poniendo el saber al servicio de los que son los últimos para los demás, los primeros para el Evangelio y para él”.
En este sentido, afirmó que el P. Milani “nos invita a no permanecer indiferentes, a interpretar la realidad, a identificar a los nuevos pobres y la nueva pobreza; nos invita también a acercarnos a todos los excluidos y a tomarlos en serio. Cada cristiano debe desempeñar su papel en esto”.
Por último, quiso expresar su gratitud a este sacerdote “inquieto, fiel al Señor y a su Iglesia: damos gracias por el testimonio que nos ha dejado como herencia exigente”.
El P. Milani murió en 1967 a los 44 años, a causa de un cáncer linfático. Cabe recordar que el 20 de junio de 2017, durante su visita a Barbiana, tras rezar ante la tumba del sacerdote, el Papa Francisco escribió: “Agradezco a Dios por habernos dado sacerdotes como don Milani”.