Hace unos días, la violencia convulsionó a todo Ecuador. Frente a la crisis, la Iglesia Católica jugó un papel importante para que se restableciera el orden y se salvaran vidas.
En declaraciones a EWTN Noticias, dos obispos dieron a conocer el servicio que viene realizando la Iglesia Católica y lo que se necesita para alcanzar la paz.
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El 8 de enero, integrantes del Servicio Nacional de Atención a personas privadas de la libertad (SNAI) fueron tomados como rehenes por los presos en diversas cárceles de Ecuador. Luego de varios días de negociación, recobraron la libertad el 13 de enero.
Para lograr esto, las autoridades mantuvieron diálogos con los presos a través de mediadores designados por la Iglesia Católica. En esta operación intervinieron Mons. Antonio Crameri y el P. Antonio Maeso, Obispo y sacerdote del Vicariato Apostólico de Esmeraldas; y diversas autoridades civiles.
En declaraciones a EWTN Noticias, Mons. Crameri señaló que el papel de la Iglesia fue el del diálogo, la mediación y la negociación, porque el fin de la Iglesia “es salvar vidas”.
“Estamos convencidos que si hubiera pasado una irrupción con la fuerza, hubiera podido pasar que lamentemos muertes de ambos lados y eso la Iglesia quiere evitarlo, porque la Iglesia está para la vida”, expresó.
Por otro lado, Mons. Eduardo Castillo, Arzobispo de Portoviejo, indicó que su arquidiócesis, ubicada en la parte central de la costa ecuatoriana, se encuentra en una de las zonas de mayor inseguridad, violencia y crímenes en el país.
Ante esa situación, destacó que “una actitud positiva de vínculo, de solidaridad, transmite otro ambiente, justamente”.
Asimismo, indicó que este contexto los debe llevar a todos a reflexionar sobre la situación que viven los jóvenes y los niños, analizando qué tipo de educación están recibiendo en el hogar y la sociedad.
Además, señaló que es importante analizar la corrupción y la mentira, que se puede dar incluso desde lo pequeño, porque si esto se vuelve una cultura entonces no se está pensando en el bien del otro.
“Esta situación nos desafía a tener una actitud diferente de cercanía, de solidaridad, de sentido positivo, de responsabilidad por la sociedad por encima de los intereses personales”, señaló.
“La fe no es un aspecto nomás de mi vida, sino todo un hábito y un modo de ser”, precisó.
Mons Castillo también destacó que ha tenido muchas oportunidades de ir a ambientes muy difíciles, y subrayó que la actitud con la que uno llega a esos lugares es clave para crear una mejor comunidad. “Cuando uno va con una actitud cercana y sencilla da tanta paz y seguridad a las personas”, aseguró.
Para terminar, hizo un llamado a los ecuatorianos, especialmente en los sectores más difíciles, a “cultivar esa actitud de confianza”, abonando y sembrando “cercanía, solidaridad y fraternidad”.