Un mosaico de San Chárbel fue instalado esta mañana en las grutas vaticanas, situadas bajo la Basílica de San Pedro, tras haber sido bendecido por el Papa Francisco.
Este 19 de enero, el Vicario general de Su Santidad para el Estado de la Ciudad del Vaticano y Arcipreste de la basílica vaticana, el Cardenal Mauro Gambetti, participó en el emplazamiento de esta obra en el lugar donde se hallan las tumbas papales.
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Tras la instalación del mosaico, en la que estuvo presente también el Cardenal Claudio Gugerotti, Prefecto del Dicasterio para las Iglesias Orientales, se celebró una Misa de rito maronita en la capilla húngara de la cripta vaticana, presidida por el Vicario Patriarcal Maronita ante la Santa Sede, el Obispo Rafik Warsha.
En concreto, la imagen del santo libanés que hermanó Oriente y Occidente y que fue bendecido por el Papa Francisco tras la Audiencia General del pasado 15 de noviembre, ha sido colocada junto a la tumba de San Pablo VI, el Pontífice que lo declaró santo el 9 de octubre de 1977.
Esta iniciativa fue impulsada por el embajador libanés ante la Santa Sede, Farid Elias Khazen, quien explicó a ACI Mena — agencia del grupo ACI en Medio Oriente —, que el proyecto se ideó hace unos años y sin embargo tuvo que aplazarse debido a la pandemia del covid. Asimismo, informó que el mosaico ha sido elaborado en la Fábrica de San Pedro.
“El Cardenal Gambetti aceptó seguir trabajando en el proyecto y decidió que éste sería el último mosaico colocado en la basílica”, destacó.
Para Khazen, “este es un evento que ocurre una vez en la historia” y gracias a ello “habrá una presencia libanesa dentro de la basílica”.
Cabe destacar que la devoción a San Chárbel se ha extendido dentro y fuera de las fronteras del Líbano, incluso en territorios muy alejados poseedores de culturas muy distintas. Prueba de ello es la particular y fuerte veneración de la que goza en México y otras partes de América del Sur.
El caso de la devoción a este santo en México se debe en gran parte a la inmigración maronita al país, iniciada en el siglo XIX, como al aumento de milagros atribuidos a la intercesión del santo libanés.
Coincidiendo con este acontecimiento, las campanas de iglesias maronitas en el Líbano han repicado esta mañana durante cinco minutos y en la tumba del santo, situada en el Monasterio de San Marón del Líbano, también se ha celebrado una Santa Misa.