En un pequeño rincón escondido en una de las calles de Roma que rodean el imponente monumento del Panteón, se encuentra La Stelleta (La Estrella), el centro que lleva décadas dando la oportunidad a personas con síndrome de Down de convertirse en grandes artistas.
Coloridos dibujos colgados de las paredes y unas altas estanterías con objetos de cerámica y porcelana apilados envuelven este taller “de las maravillas” donde los artífices, sin perder la sonrisa, elaboran concentrados la que será su próxima obra.
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Muchos de estos “insólitos aprendices” llevan años formándose y con el tiempo han logrado convertirse en profesionales. Todo ello gracias a este proyecto de esperanza fundado en 1985 por un grupo de padres y tres artesanas que “unieron sus recursos humanos, artísticos y económicos por amor a sus hijos nacidos con esta discapacidad”.
Durante estos años, La Stelleta se ha transformado en un taller artesanal donde cada uno ha descubierto sus propias habilidades, creando hermosos objetos que una vez terminados son puestos a la venta en una adorable tienda muy cercana al taller, en la Piazza Campo Marzio de Roma.
Alessandra del Vecchio, una de las ceramistas responsables del taller en el que trabaja desde hace dos décadas, cuenta a ACI Prensa que “hace 30 años no había ninguna alternativa para los niños con síndrome de Down y los padres pensaron en este taller para mantenerlos ocupados”.
Con los años, este pasatiempo se convirtió en un “verdadero oficio”, por el que los artistas reciben un más que merecido salario. Además, con lo obtenido tras la venta de los objetos hacen frente a los gastos del taller.
“Son buenos, han conseguido técnicas de elaboración avanzadas, así que nos hemos expandido continuando este hermoso camino”, explica Alessandra sin perder la sonrisa.
Cada día, las artesanas les instruyen para que puedan mejorar sus técnicas de cerámica y también de cestería. “Gracias a Dios vaciamos la tienda en Navidad, vivimos de eso, así nos mantenemos”.
Además, cuentan con varios voluntarios tanto en la tienda como en el taller, algo “muy útil para la socialización de los chicos”, destaca Alessandra.
Para la ceramista, La Stelleta es ya una pequeña comunidad formada por profesionales, voluntarios y padres, “que se unen para dar forma a los sueños de sus hijos”.
Cuando esta bella iniciativa comenzó “algunos eran pequeños, ahora llevan muchos años con nosotros. Entonces ahora son buenos, porque realmente ponen en práctica sus habilidades y su creatividad”, concluye Alessandra.