El sacerdote Jesús Silva Castignani, incardinado en la Archidiócesis de Madrid se ha cuestionado por el trasfondo espiritual que rige en el Foro Económico Mundial que se celebra estos días: “¿Qué espíritu rige en Davos?” ha compartido a través de sus redes.
Este miércoles, en el marco de una sesión plenaria titulada Clima y naturaleza: se necesita una respuesta sistémica, la “jefe Putany”, perteneciente a la tribu amazónica Yawanawa, localizada en la región de Acre al noroeste de Brasil, ha realizado un rito chamánico.
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Tras realizar unas invocaciones, mientras frotaba sus manos, la representante indigena sopló sobre la cabeza de los participantes entre los que se encontraban la directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Kristalina Georgieva; el presidente del Banco Mundial, Ajay Banga, el director ejecutivo de IKEA, Jesper Brodin y el multimillonario André Hoffmann.
Al tener conocimiento de los hechos, el P. Silva ha difundido cuatro preguntas sobre lo sucedido: “a) ¿Se les habría ocurrido invitar a un sacerdote a hacer una oración? b) ¿Se sabe a qué espíritus está invocando la señora? c) ¿El cristianismo es oscurantista pero los indígenas arranca-corazones no lo eran? d) ¿Qué espíritu rige Davos?”.
Esto ha sucedido en el foro de Davos.
— Jesús Silva (@elpadrejesus_) January 17, 2024
a) ¿Se les habría ocurrido invitar a un sacerdote a hacer una oración?
b) ¿Se sabe a qué espíritus está invocando la señora?
c) ¿El cristianismo es oscurantista pero los indígenas arranca-corazones no lo eran?
d) ¿Qué espíritu rige Davos? pic.twitter.com/DK0a1ZVLvo
La presentadora del evento justificó la presencia de la jefe Putany afirmando que “para mirar al futuro debemos echar la vista atrás y ver cuáles eran los deseos de nuestros ancestros”.
Antes de realizar el rito chamánico, Putany trasladó que “podemos unir nuestra manos, unir nuestro corazón, unir nuestro pensamiento en la misma dirección, para la sanación del planeta y la cura espiritual” al tiempo que aseguró que “cuando nos unamos en nuestro pensamiento y nuestro corazón, nuestra Madre Tierra nos escuchará”.
Al concluir el rito, la chamán animó a los participantes a unir sus manos y levantarlas al unísono.