El Cardenal Pierbattista Pizzaballa, Patriarca Latino de Jerusalén, conversó con el Papa Francisco sobre cómo detener el conflicto armado en Tierra Santa, “que es cada vez más preocupante”, según informó Vatican News.
“[Con el Papa] nos hemos puesto al día sobre la situación humanitaria de la comunidad cristiana en Gaza, pero más en general de Tierra Santa, y sobre las posibles perspectivas, para ver si hay posibles canales de diálogo, para ver al menos cómo detener esta deriva”, declaró el Cardenal Pizzaballa.
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La reunión se dio en el marco de la audiencia del Papa con los miembros del Studium Biblicum Franciscanum, el lunes 15 de enero.
Una vez concluidos los compromisos del patriarca en Roma, regresó a Jordania, un país que —según comenta— será clave para alcanzar la paz en Tierra Santa.
"La situación de Jordania es compleja, pero debo decir que es el único país estable tanto desde el punto de vista político como humanitario para la población palestina, en particular para Gaza", explica. Además, el Cardenal Pizzaballa puntualiza que cuando la Iglesia Católica necesita enviar ayuda humanitaria a la Franja, utiliza la dirección de la Casa Real jordana.
Asimismo, indicó que mantiene conversaciones con el rey Abdalá, el gobierno jordano y varias instituciones para “mantener vivos los canales de comunicación con Gaza y también con la poca autoridad que queda allí”.
El Cardenal Pizzaballa considera “que hay que insistir” para superar el sentimiento de desconfianza que reina entre las autoridades de los países de la región. “La diplomacia, la política son la única posibilidad que tenemos para no dejar espacio sólo a las armas”, añadió.
En Gaza existe sólo una parroquia católica, la iglesia de la Sagrada Familia, en donde han fallecido cristianos refugiados a causa de los enfrentamientos. La estructura de la parroquia también ha sufrido daños.
Sobre el actual estado de la comunidad cristiana, el patriarca afirma que los cristianos “viven la misma situación que los demás” y que “no son un pueblo aparte”, aunque reconoce que en la región “pesa mucho ser una minoría”.
“Lo que les pasa a los cristianos es un poco la prueba de fuego de las dificultades que vive toda la población, incluso de las laceraciones dentro de la misma población”, declara. Y añade: “No es fácil, incluso para los cristianos, estar dentro de una situación de grandes divisiones en la que todo el mundo está llamado a estar un poco 'alistado' a una versión o a otra”.
Por último, el Cardenal Pizzaballa resaltó que la Iglesia Católica —como muchas otras instituciones— “puede comprometerse” con encontrar caminos de diálogo y paz en Tierra Santa y con el diálogo entre Israel y Hamás. El patriarca expresa que se debe hallar “un camino para concluir, o al menos para cambiar la dirección de los acontecimientos”.
“Hay que trabajar para ello de una manera que no sea demasiado pública, porque si no las cosas no funcionan. Sé que hay diálogos en curso precisamente para intentar ver cómo poner fin a esta situación”, concluyó.