Los obispos de San Justo y de Gregorio de Laferrere (Argentina) se pronunciaron ante los violentos hechos ocurridos este domingo en el Barrio 8 de diciembre, de la localidad de González Catán, donde hubo un enfrentamiento entre grupos de vecinos que terminó con cinco muertos y doce heridos.
El conflicto se produjo durante una reunión barrial en una toma de terrenos, cuando uno de los bandos comenzó a disparar armas de fuego. En el lugar había mujeres y niños, y una de las víctimas fatales es un adolescente de 16 años.
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Ante este hecho grave, Mons. Eduardo García y Mons. Jorge Torres Carbonell, obispos de San Justo y de Gregorio de Laferrere, respectivamente, recordaron que la preocupación por la violencia que se vive en los barrios de las diócesis se viene poniendo de manifiesto desde hace unos meses.
Según los prelados, se trata de “violencia generada por los mercaderes de la muerte que desde organizaciones narco y delictivas de todo tipo tienen apresadas a nuestras familias y sobre todo a nuestros jóvenes”.
En las últimas semanas, advirtieron, “se han acrecentado las muertes en San Petersburgo, uno de nuestros barrios más emblemáticos que ha sido saturado con la entrega de armas ganando soldados del robo y de la transa (N. de la R.: venta de drogas)”.
“Ayer enterrábamos a un joven de 18 años que fue asesinado de rodillas. Hoy somos testigos de la masacre sucedida en el Barrio 8 de Diciembre de González Catán con un saldo de 5 muertos y 12 heridos”, lamentaron.
En ese marco, enviaron su solidaridad a las familias “que ayer sufrieron la violencia y hoy lloran el asesinato de sus seres queridos por estas organizaciones del mal y del crimen que actúan impunemente en nuestros barrios y territorios aprovechándose de la necesidad de los más pobres y frágiles”.
“La realidad de buscar un futuro mejor tiene desafíos muy difíciles. Lo más importante es poder acompañarnos y comprender las necesidades que se tratan de concretar en un terreno, en una vivienda”, aseguraron.
Por eso, en este momento “tan triste y de gran desolación”, llamaron a “estar cerca y pedirle a Dios y a nuestra Madre que los proteja”.
Finalmente, exhortaron a las autoridades a establecer los medios necesarios para no tener que seguir llorando la muerte violenta de tantos hermanos.