El P. Tirayr Hakobyan, originario de Vanadzor (Armenia), denunció desde Roma la “dramática situación” de los cristianos armenios expulsados de sus hogares de Nagorno-Karabaj, asediada en los últimos meses por el gobierno de Azerbaiyán.
Destacó que Azerbaiyán está transformando las iglesias en mezquitas y eliminando cualquier pista armenia en la región para “redefinir la historia” ante la mirada pasiva de la comunidad internacional.
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El conflicto entre Armenia y Azerbaiyán
Armenia y Azerbaiyán se enfrentan por Nagorno-Karabaj desde 1988. En la actualidad, la región es reconocida internacionalmente como parte de Azerbaiyán, aunque solía estar formada casi en su totalidad por cristianos armenios.
Los armenios étnicos de Nagorno-Karabaj niegan el control azerí de la región y reclaman la soberanía propia bajo los auspicios de la “República de Artsaj”.
Este conflicto, que se remonta a años atrás, se ha recrudecido desde el pasado 19 de septiembre de 2023, cuando el Gobierno de Azerbaiyán desplegó una ofensiva militar tras nueve meses de bloqueo de los suministros externos, medicinas y alimentos.
Más de 100.000 personas se han desplazado en los últimos días hasta la frontera Armenia en busca de refugio.
“Están transformando las iglesias en mezquitas”
A su paso por la capital italiana, el archimandrita de la Iglesia Apostólica Armenia en Europa Occidental lamentó que este conflicto “ha sido olvidado” y que el único objetivo de Azerbaiyán es expulsar a los armenios de sus tierras y “someterlos bajo sus normas”.
“No hay más armenios en Nagorno-Karabaj, está totalmente vacía”, lamentó el P. Hakobyan, al tiempo que denunció que Azerbaiyán — donde el 95% de la población es musulmana —, está convirtiendo las iglesias en mezquitas y pretende “eliminar cualquier pista de Armenia en Nagorno-Karabaj” con el objetivo de “redefinir la historia”.
Aclaró asimismo que, más que un conflicto religioso “se trata de un conflicto territorial” y una “situación dramática de la que nadie habla”, debido sobre todo a los intereses de muchos países.
Pretenden “redefinir la historia”
Explicó que “la iglesia apostólica armenia en Nagorno-Karabaj tiene un patrimonio muy grande, hay muchas iglesias armenias de los siglos V y VI que han sido destruidas en su totalidad”.
Precisó que en la actualidad “es muy fácil falsificar” y que “si se eliminan los edificios y son renombrados, cualquiera que no conozca la iglesia y su historia, se lo puede creer”.
Denunció que desde Azerbaiyán “pagan mucho dinero a los países, incluso europeos, para falsificar la historia. Hoy es muy fácil falsificar algo, y mi petición es denunciar esa mentira”, instó el sacerdote.
“Pretenden arruinar todo y reconstruir una nueva tierra diciendo que formaba parte de Azerbaiyán”, puntualizó.
En este sentido, exhortó a la comunidad internacional a negar esta falsa realidad: “Los intereses no pueden destruir la libertad ni ser mayores que la justicia, el mundo debe parar un segundo”.
El P. Tirayr Hakobyan remarcó que “no es justo destruir iglesias” y destacó que la cúpula de la catedral de Ghazanchetsots, también conocida como catedral de Cristo Salvador y catedral de Shushi, (una de las principales iglesias armenias apostólicas que fue destuída tras un bombardeo), “la han cambiado por una cúpula en forma de mezquita, porque su intención es hacerse con la cultura armenia”.
Puntualizó que los armenios siempre han convivido en paz con los musulmanes y respetado sus lugares sagrados. También recordó que la religión para los armenios “es un componente de su identidad. Ser armenio significa ser cristiano”, aseveró.
Además, aclaró que de los doce millones de armenios en el mundo, tres millones viven en Armenia. “Como cristianos, los armenios siempre han respetado a otras naciones y hemos vivido en paz en otros países. En Irán, en Dubái, en el Líbano o en Siria, siempre hemos convivido sin ningún problema porque respetamos a los musulmanes y su forma de vivir”.
“Pero si un pueblo viene para absorber a otro pueblo, esto es un peligro. Dicen que nuestra cultura es la suya”, denunció.
Un conflicto silenciado por diversos intereses
El sacerdote explicó que Azerbaiyán se encuentra en un enclave “donde se confrontan los intereses de grandes países”.
Explicó que “el gas de Rusia pasa a través de Azerbaiyán, que revende este gas, y por eso ningún país quiere ofender a Azerbaiyán”.
Haciendo alusión a la guerra entre Rusia y Ucrania, resaltó que “el mundo condena a Rusia por la invasión. Lo mismo ha hecho Azerbaiyán y el mundo lo acepta. Nos hemos quedado solos”.
“No hay esperanza para las familias”
El P. Hakobyan lamentó que “todas las casas han sido vaciadas y robadas, nadie se ha llevado nada consigo, les han dado un solo día después del ataque. Sus cosas se las han quedado los soldados”.
El sacerdote aseguró haber sido testigo de la desesperanza de los cristianos expulsados de sus hogares. “Pude visitar a varias familias y no encontré ni una pequeña esperanza”.
“En Nagorno-Karabaj habían empezado de cero, construido todo esperando un futuro hermoso y ahora tienen que volver a empezar de nuevo, no hay esperanza. Es una situación muy triste que tiene que ver con las dificultades económicas, pero también psicológicamente necesitan una ayuda inmediata”, resaltó.
Entre las familias deportadas había cerca de treinta mil niños que se han quedado “diez meses sin infancia”, resaltó el sacerdote.
“Es un sufrimiento continúo. No querían irse lejos de la frontera para estar lo más cerca posible de su hogar, pero nadie habla de su regreso, quizá no puedan regresar nunca”.
El apelo del Papa Francisco
Han sido varias las ocasiones en las que el Papa Francisco ha expresado su preocupación por la crisis desatada en la región de Nagorno-Karabaj.
Tras el rezo del Ángelus en la plaza de San Pedro el 15 de octubre de 2023, el Pontífice señaló: “Mi preocupación por la crisis de Nagorno-Karabaj no disminuye, así como por la situación humanitaria de los evacuados, que es grave”.
El Papa realizó un “llamamiento particular a favor de la protección de los monasterios y de los lugares de culto de la región” para que sean “respetados y tutelados como parte de la cultura local, expresión de fe y señal de una fraternidad que nos hace capaces de vivir juntos en la diferencia”.
Asimismo, durante el rezo del Ángelus del 1 de octubre, el Papa Francisco alzó su voz para llamar “al diálogo entre Azerbaiyán y Armenia, esperando que las conversaciones entre las partes, con el apoyo de la comunidad internacional, favorezcan un acuerdo duradero que ponga fin a la crisis humanitaria”.