“Se trata de poner al candidato en la intimidad de Jesús y él les dirá”. Así resume Mons. Demetrio Fernández la esencia de la pastoral vocacional, en una reflexión al hilo de la perícopa del Evangelio según San Juan que se proclama este II Domingo del tiempo Ordinario.
“La pastoral vocacional es un encuentro con Jesús, motivado y propuesto por quienes se han encontrado previamente con él, no es marketing ni proselitismo”, añade el Prelado apoyado en la invitación que el mismo Cristo hace a los primeros discípulos: “Venid y veréis”.
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A juicio de Mons. Fernández, “la llamada siempre es de Dios, no podemos suponerla, pero podemos proponerla”, de tal forma que, si “encuentra eco será que Dios la está provocando desde dentro. Así sucedió con los primeros discípulos”.
El Obispo de Córdoba expone cómo San Juan Bautista hizo una primera presentación de Jesús como “el Cordero de Dios” y, aunque “apenas le conocían”, detalla el Prelado, “quedaron fascinados por su presencia y por su misión” y así se interesaron por conocer el lugar donde vivía el Maestro.
El Obispo explica más adelante que “la llamada de Jesús es una invitación a vivir con él. Jesús no les imparte una catequesis, ni les da explicaciones de lo que tendrán que dejar y de lo que van a encontrar. Sencillamente, les invita a vivir con él. Luego vendrá la misión y los planes de trabajo, pero lo más importante es Él”.
Aceptar la invitación del Señor supone “dejar otras cosas, otros amores, otras coordenadas de vida”, continúa, Mons. Fernández. Sin embargo, añade, “cuando es Jesús el que llama, y lo hace por atracción en lo más hondo del corazón, no hay escapatoria. Uno puede hacerse el tonto y darse media vuelta, o aplazar la respuesta indefinidamente o decir que no”.