Más de 400 proyectos de Infancia Misionera en 137 diócesis de 44 países fueron financiados gracias a la generosidad de los niños españoles, que, con más de 2 millones de euros (2.325.255,17 €), lideran la lista de aportaciones por países a esta causa.
Según datos ofrecidos por Obras Misionales Pontificias, a lo largo de 2023, con lo recaudado en 2022, se pudo beneficiar a casi 390.000 niños de África, Asia, América y Europa.
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Este dinero se ha utilizado para construir y equipar escuelas, internados, orfanatos y centros de asistencia para niños (26,3 %), a financiar iniciativas de protección de la vida y la salud (22,8 %), a permitir el acceso a la educación (22,3 %) a sostener la pastoral ordinaria y promover el espíritu misionero infantil (17,2 %) y a la formación católica (11,4 %).
En total, Infancia Misionera repartió en el último ejercicio más de 12 millones de euros que han repercutido en la implantación, mantenimiento y desarrollo de cerca de 2.500 proyectos en todo el mundo, según informa Obras Misionales Pontificias (OMP).
Para este año 2024, se prevé repartir cerca de 13 millones y medio de euros recaudados a lo largo de 2023 en todas las diócesis del mundo, donde la Jornada de la Infancia Misionera se celebra en momentos diferentes del año litúrgico. En España, la jornada que se celebra este 14 de enero lleva por lema “Comparto lo que soy”.
Más allá de las cifras, el P. José María Calderón, director nacional de OMP, explicó el pasado miércoles, durante la presentación de la jornada a los medios, que “no se trata sólo de apoyar proyectos, sino que se ayuda a que la Iglesia esté presente allí donde los niños necesitan de los misioneros”.
Buen ejemplo de ello es la guardería “Sagrado Corazón” y la casa de acogida Dar Tika para niñas de 6 a 14 años que con ayuda de Infancia Misionera se sostiene en Marruecos y gracias a la dedicación de misioneros como la religiosa de Jesús María Elvira Pillado, quien particiò en el encuentro con los medios y subrayó la suerte de los misioneros que pueden ver “la cara de los niños que reciben esta colaboración”.
En este encuentro público también participó Mateo Méndez, un chico de 12 años que ha participado en varios campamentos de Infancia Misionera y que explicó que “para ser misionero hay que ser bueno, pero sobre todo hay que centrarse en Jesús” y, como consecuencia, ponerse en actitud proactiva “y rezar para que lo que tú no puedes hacer lo hagan otros”.