El Papa Francisco presidirá el próximo 11 de febrero la ceremonia de canonización de María Antonia de San José, la beata argentina conocida como Mama Antula. La celebración tendrá algunos rasgos distintivos.
En los últimos días, el Vaticano confirmó que la celebración tendrá lugar en el interior de la Basílica de San Pedro, locación inusual, ya que en general, este tipo de ceremonias se celebran en en el exterior del templo, la Plaza de San Pedro.
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Otra de las particularidades es que será una canonización individual, la segunda en el pontificado de Francisco, precedida únicamente por la Madre Teresa de Calcuta.
Ambas características especiales van de la mano: por tratarse de una canonización individual, la afluencia de fieles que lleguen a Roma para participar de la ceremonia no será tanta como en otras ocasiones, en las que se proclaman varios santos en un mismo día.
Por ese motivo, y también debido a que las temperaturas en febrero suelen ser muy bajas, a causa del invierno en el hemisferio norte, la ceremonia se desarrollará al interior de la Basílica.
Mama Antula
La Beata María Antonia de Paz y Figueroa, conocida como Mama Antula, nació en 1730 en Santiago del Estero. Trabajó desde muy joven con los jesuitas colaborando en la organización de ejercicios espirituales. Luego partió a Buenos Aires, donde se dedicó durante 20 años a predicar el mensaje de Cristo.
En 1795 fundó la Santa Casa de Ejercicios Espirituales en Buenos Aires, la que aún cumple su misión bajo el cuidado de la Congregación Hijas del Divino Salvador. Falleció el 7 de marzo de 1799 en esa residencia. Sus restos descansan en la iglesia Nuestra Señora de la Piedad en Buenos Aires.
El milagro que permitió su beatificación fue aprobado el 4 de marzo de 2016. Este consistió en la recuperación inexplicable, en 1904, de la religiosa María Rosa Vanina, de las Hijas del Divino Salvador. La religiosa sufría de una colecistitis aguda con shock séptico, y los médicos le habían pronosticado una muerte segura.