Los hechos de violencia ocurridos en Ecuador en las últimas horas y la declaratoria del estado de conflicto armado interno por parte del gobierno han conmocionado a la opinión pública internacional. Sin embargo, el país vive la consecuencia de un proceso en el que el narcotráfico tiene un papel principal.
A continuación, presentamos 5 datos para entender lo que ocurre en Ecuador:
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1. En los últimos años aumentó la violencia en Ecuador
Ecuador, país sudamericano con aproximadamente 18 millones de habitantes, ha experimentado desde el 2021 un notable aumento en el número de asesinatos y en la violencia de grupos narcotraficantes.
Según las últimas cifras, el 2023 culminó con más de 7.600 asesinatos, superando ampliamente al 2022, cuando se cometieron 4.600 crímenes, y al 2021, en el que hubo 2.100 homicidios.
Así, los casos más sonados últimamente han sido el asesinato del candidato presidencial Fernando Villavicencio en agosto de 2023 y la toma violenta del canal TC ayer, 9 de enero.
Para entender este aumento de la violencia hay que retroceder al 2016, cuando en Colombia el gobierno firmó el acuerdo de paz con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), que si bien era una guerrilla con estatus político, también mantenía vínculos con el narcotráfico.
En ese sentido, el vacío que dejó este grupo comenzó a ser disputado por otras organizaciones locales y extranjeras, como el mexicano Cártel de Sinaloa, los sucesores de los grupos paramilitares colombianos y las disidencias de las FARC, integrada por los guerrilleros que no aceptaron el acuerdo de 2016.
Aunque Colombia, Perú y Bolivia son los mayores países productores de coca, el puerto ecuatoriano de Guayaquil se ha convertido en la principal puerta de salida de la droga hacia los mercados internacionales.
2. La pobreza alimenta la violencia en Ecuador
Junto al narcotráfico, el relator de la ONU sobre pobreza extrema y derechos humanos, Olivier De Schutter, ha llamado en septiembre de 2023 a tener en cuenta que la pobreza es también una de las raíces más profundas de la violencia en Ecuador, pues indicó que la falta de oportunidades laborales hace que los jóvenes sean reclutados fácilmente por las bandas criminales.
Para tener una visión más amplia de ello, hay que considerar que de acuerdo al Instituto Nacional de Estadísticas y Censos, para junio de 2023 el 27% de la población ecuatoriana se encontraba en el nivel de pobreza y el 10,8% en pobreza extrema.
Y mientras en las ciudades la pobreza llegó al 18,0% y la pobreza extrema al 5,2%; “en el área rural la pobreza alcanzó el 46,4% y la pobreza extrema el 22,6%”.
3. La fuga de líderes criminales
Con este escenario, el 23 de noviembre de 2023 Daniel Noboa asumió la Presidencia de Ecuador para gobernar hasta mayo de 2025, debido a que fue elegido para completar el periodo de Guillermo Lasso.
Aunque se trata de un periodo corto, Noboa se ha propuesto hacer frente a la violencia y para ello prometió medidas que combatieran el narcotráfico y permitieran retomar el control de los centros penitenciarios, que desde hace años han sido escenarios de enfrentamientos entre bandas que han culminado en masacres.
Sin embargo, el domingo 7 de enero el país se enteró de la fuga de Adolfo Macías Aguilar, alias “Fito” y líder de Los Choneros, que según InSight Crime es una de las organizaciones delincuenciales más grandes de Ecuador vinculada al narcotráfico.
De acuerdo al secretario de Comunicación del gobierno, Roberto Izurieta, se había planificado enviar a Macías a una cárcel de máxima seguridad, por lo que se sospecha que alguien lo alertó para que escapase, pues Macías Aguilar purgaba desde el 2011 una condena de 34 años de prisión.
En la mañana del lunes sucedieron motines en al menos seis cárceles con la retención forzada de agentes penitenciarios.
El martes, en pleno estado de excepción, se fugó Fabricio Colón Pico, alias “Capitán Pico”, cabecilla de la banda de Los Lobos y sospechoso de participar en un supuesto plan para atentar contra la fiscal de Ecuador, Diana Salazar.
4. El presidente declara que Ecuador afronta un conflicto armado interno
A raíz de la fuga de alias “Fito” y los motines carcelarios, el presidente Daniel Noboa firmó el lunes 8 el decreto 110 que declaró “el estado de excepción” en todo el país “por grave conmoción interna”, incluidos los centros penitenciarios.
Sin embargo, la respuesta de los grupos criminales fue cometer atentados en varias partes de Ecuador, secuestrar policías y tomar las instalaciones del canal TC de Guayaquil.
Ante ello, el martes 9 de enero Noboa firmó el decreto 111 que modifica el anterior y reconoce “la existencia de un conflicto armado interno” en Ecuador, con el objetivo de disponer “la movilización e intervención de las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional” contra “el crimen organizado internacional, organizaciones terroristas y los actores no estatales beligerantes”.
En ese sentido, el decreto menciona a las 22 organizaciones involucradas y ordena a las Fuerzas Armadas “ejecutar operaciones militares” contra ellas “bajo el derecho internacional humanitario y respetando los derechos humanos”.
En declaraciones a Radio Canela, Noboa ha señalado que Ecuador está luchando contra “grupos terroristas” que tienen más de 20.000 miembros.
5. El llamado de la Iglesia Católica
Ante la grave crisis que afronta Ecuador, la Conferencia Episcopal publicó el 10 de enero un comunicado para llamar a la población a no caer en el pánico que quieren sembrar las organizaciones criminales, así como tampoco en la ingenuidad de que la responsabilidad es sólo del gobierno.
“La violencia, venga de donde venga, debe encontrarnos unos, mirando hacia adelante, y con la fortaleza necesaria para que el Ecuador sea lo que siempre ha sido, un lugar de paz, de trabajo, de fraternidad”.
En ese sentido, los obispos han llamado a confiar a Dios la integridad de cada poblador y la estabilidad del Estado, “como garantía de que la paz volverá lo antes posible”. “Somos un país de fe”, afirmaron los obispos ecuatorianos.