Franz Beckenbauer, uno de los mejores jugadores de fútbol de todos los tiempos, fue también un católico convencido y un gran admirador del Papa Benedicto XVI. En 2005, el Káiser (como era apodado), tuvo la oportunidad de conocer al Pontífice, lo que calificaría como “el momento más hermoso” de su vida.
Beckenbauer, falleció el domingo 7 de enero de 2024, a la edad de 78 años.
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Vatican News recuerda que ambos alemanes se conocieron en la Plaza de San Pedro un 26 de octubre, después de una audiencia general y pocos meses antes de que se celebrara la Copa del Mundo de Alemania 2006. Aquel día, Beckenbauer estrechó la mano de Benedicto XVI y le regaló un banderín del Mundial.
El defensor, ganador de dos balones de oro, expresaría su emoción a Radio Vaticana aquel día: “Para mí, desde luego, es una experiencia inolvidable porque es el primer Papa al que he podido estrechar la mano o intercambiar unas palabras”.
“Al fin y al cabo, me crié como cristiano y católico, y mis pensamientos siempre van hacia lo alto. Por supuesto, esperaba con impaciencia este momento porque creo que es un gran representante del mundo cristiano. Y también le dije que le deseaba todo lo mejor, especialmente una larga vida, porque la humanidad la necesita más que nunca”, afirmó Beckenbauer.
Tal fue la impresión que el Papa Benedicto XVI le causó, que la leyenda del fútbol mundial volvió a practicar fielmente la religión católica después de la visita del Santo Padre a su Alemania natal en 2005.
Beckenbauer, campeón como jugador en el Mundial de 1974 y como entrenador en el Mundial de Italia 1990, señaló haber “leído todos y cada uno de los discursos del Papa Benedicto XVI durante su visita a Alemania”. Y añadió que durante sus lecturas “constantemente me venía aquello de 'Id a la Iglesia y confiésense'”.
El futbolista alemán se describía a sí mismo como un "hombre de fe desde la cuna", a pesar de haberse divorciado en dos ocasiones. En 2006, expresó que consideraba al Papa alemán como la persona del año:
“Pocas veces he visto una persona que irradie tanto, de tanta bondad y de rostro tan amigable. El Papa bávaro es una personalidad impresionante”, subrayó.