La Ciudad del Vaticano cuenta con nuevas inquilinas: siete religiosas procedentes de Argentina que a petición del Papa Francisco vivirán en Mater Ecclesiae, la casa donde residió Benedicto XVI durante casi una década.
En concreto, se trata de seis monjas y su abadesa de la Orden Benedictina, que desarrollaban su vida religiosa en la Abadía de Santa Escolástica en Victoria situada en la Provincia de Buenos Aires, dentro de la Diócesis de San Isidro (Argentina).
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Las religiosas aterrizaron en Roma en la mañana del 3 de enero y fueron recibidas por el Cardenal Fernando Vérguez Alzaga, presidente de la Gobernación del Estado de la Ciudad del Vaticano, responsable de todo lo referido al Monasterio.
Antes de dirigirse a su nuevo hogar, las monjas benedictinas visitaron la réplica de la Gruta de Lourdes en los jardines vaticanos para rezar y cantar ante la imagen de la Virgen.
El 6 de enero, las religiosas participaron en la Santa Misa de la Epifanía en la Basílica de San Pedro. Al finalizar la celebración, el Papa Francisco las saludó: “Bienvenidas de todo corazón. Ustedes van a poner espiritualidad, muchas gracias”, dijo el Santo Padre a las religiosas.
La finalidad de Mater Ecclesiae
Según detalló la Santa Sede, el Papa Francisco dispuso a través de una carta escrita el pasado 1 de octubre que el lugar “retome su finalidad original” de tal forma que “órdenes contemplativas sostengan al Santo Padre en su cotidiana solicitud por toda la Iglesia, por medio del ministerio de la oración, de la adoración, de la alabanza y de la reparación, siendo así presencia orante en el silencio y en la soledad”.
Por su parte, las monjas benedictinas aceptaron “generosamente la invitación”.
La que fue la última morada de Benedicto XVI, situada entre las colinas de estos jardines, fue erigida como monasterio femenino de vida contemplativa con el título de Mater Ecclesiae (Madre de la Iglesia) por San Juan Pablo II en 1994.
El monasterio ha sido habitado entre 1994 y 2012 por cuatro comunidades pertenecientes a la Orden de Santa Clara, de las Carmelitas Descalzas, de San Benito y de la Visitación de Santa María.
En el año 2013, tras la histórica renuncia de Benedicto XVI al papado, el monasterio se convirtió en su residencia, donde permaneció hasta su muerte el 31 de diciembre de 2022 en compañía del Arzobispo Mons. Georg Gänswein y cuatro mujeres consagradas.
La Abadía de Santa Escolástica de la Victoria
La Abadía de Santa Escolástica de la Victoria fue fundada en 1941. Casi tres años antes había comenzado la construcción del templo en la Solemnidad de la Inmaculada Concepción, el 8 de diciembre de 1938, por impulso del prior de la Abadía de San Benito en Buenos Aires, el P. Andrés Azcárate.
Las futuras monjas argentinas se formaron en la Abadía de Santa María en San Pablo (Brasil). En septiembre de 1941 partieron a Argentina “cuatro brasileñas con los votos solemnes, seis argentinas con votos temporales y una hermana conversa”, que conformaron la comunidad fundadora, según se detalla en su sitio web.
Ya en 1946, el monasterio adquirió la condición de Abadía, siendo nombrada primera abadesa la Madre Plácida de Oliveira que falleció en 1948 y fue sucedida por la Madre Mectildis Cecilia Santangelo. En 1977 fue nombrada Abadesa, con permiso especial al no haber cumplido los 35 años, la Madre María Leticia Riquelme, quien puso en marcha otras tres fundaciones en Argentina.