El Cardenal Robert Sarah, prefecto emérito del Dicasterio para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, ha respaldado la “firme oposición” de algunos episcopados en África a Fiducia supplicans, la reciente declaración del Vaticano sobre la posibilidad de bendecir a “parejas del mismo sexo” y en otras “situaciones irregulares”.
En un escrito publicado el 6 de enero de 2024, fiesta de la Epifanía del Señor, el Purpurado agradeció a los episcopados por “construir una pastoral de misericordia y de verdad hacia las personas homosexuales” y oponerse a Fiducia supplicans.
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“Debo agradecer a las Conferencias Episcopales que ya han hecho esta obra de verdad, en particular a las de Camerún, Chad, Nigeria, etc., cuyas decisiones y firme oposición a la declaración Fiducia supplicans comparto y apoyo. Debemos alentar a otras Conferencias Episcopales nacionales o regionales y a cada obispo a hacer lo mismo. Al hacerlo, no nos oponemos al Papa Francisco, pero nos oponemos firme y radicalmente a una herejía que socava gravemente a la Iglesia, Cuerpo de Cristo, porque es contraria a la fe y la Tradición católicas”, aseguró.
Fiducia supplicans, lanzada el 18 de diciembre pasado, permite bendiciones pastorales “espontáneas” para “parejas del mismo sexo” y otras parejas en “situaciones irregulares”. No permite bendiciones litúrgicas para parejas homosexuales y establece que las bendiciones pastorales no deben realizarse “al mismo tiempo que los ritos civiles de unión, ni tampoco en conexión con ellos”, ni con “vestimentas, gestos o palabras propias de un matrimonio”.
La declaración provocó al poco tiempo reacciones de acogida y de rechazo entre los obispos de todo el mundo.
De acuerdo al Cardenal Sarah, “la confusión, la falta de claridad y verdad y la división han turbado y ensombrecido la celebración navideña de este año”. Ante esta situación, recordó las palabras del Papa Francisco del 26 de febrero de 2023, quien durante el Ángelus advirtió que el “diablo siempre quiere crear división”.
El purpurado lamentó que los medios de comunicación y algunos obispos han venido fomentando “la bendición de las uniones entre personas del mismo sexo” como si “fueran legítimas, conforme a la naturaleza creada por Dios, como si pudieran conducir a la santidad y a la felicidad humana”.
Explicó que la declaración Fiducia supplicans, lejos de “corregir estos errores y crear la verdad”, “no ha hecho más que amplificar la confusión que reina en los corazones y algunos incluso se han valido de ella para apoyar su intento de manipulación”.
Hacer frente a la confusión
Para hacer frente a esta confusión dentro de la Iglesia, el prefecto emérito del Dicasterio para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos pidió seguir el llamado del Papa Francisco del pasado 26 de febrero: “Con el diablo no se discute, con el diablo no se dialoga” (...) “No se dialoga nunca con el diablo, no se negocia con él, sino que se rechaza sus insinuaciones con las Palabras benéficas de las Escrituras”.
El purpurado recordó que “en la lógica de esta enseñanza” del Papa Francisco, los católicos no deben discutir “con el divisor”.
“No entremos en discusión con la declaración ‘Fiducia supplicans’, ni con las diversas apropiaciones que hemos visto multiplicarse. Respondamos simplemente con la Palabra de Dios y con el Magisterio y la enseñanza tradicional de la Iglesia”, aseveró.
En ese contexto, recordó lo establecido por Catecismo en el numeral 2357: “Los actos homosexuales son intrínsecamente desordenados” (Congregación para la Doctrina de la Fe, Decl. Persona humana, 8). Son contrarios a la ley natural. Cierran el acto sexual al don de la vida. No proceden de una verdadera complementariedad afectiva y sexual. No pueden recibir aprobación en ningún caso”.
Seguidamente, el Cardenal africano de 78 años sostuvo que “cualquier acción pastoral que no recuerde esta verdad objetiva fracasaría en la primera obra de misericordia que es el don de la verdad”.
Aseguró también que un discípulo de Jesús no puede quedarse ahí, sino que, así como hizo Jesús frente a la mujer adúltera, debe ofrecer “un camino de conversión, de vida en la verdad”.
Luego citó nuevamente el Catecismo, en el numeral 2359, para recordar que: “Las personas homosexuales están llamadas a la castidad. Mediante virtudes de dominio de sí mismo que eduquen la libertad interior, y a veces mediante el apoyo de una amistad desinteresada, de la oración y la gracia sacramental, pueden y deben acercarse gradual y resueltamente a la perfección cristiana”.
Por otra parte, el prefecto emérito del Dicasterio para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos destacó que “es obvio que podemos orar por el pecador” y “pedir a Dios su conversión”.
“Es obvio que podemos bendecir al hombre que, poco a poco, se dirige a Dios para pedir humildemente una gracia de cambio verdadero y radical en su vida. La oración de la Iglesia no es rechazada a nadie. Pero nunca se puede abusar de ésta para convertirla en una legitimación del pecado, de la estructura del pecado, o incluso de la ocasión inminente del pecado”, recordó.
La postura de la Iglesia en África
El Cardenal Sarah, en otro punto, destacó el rol de la Iglesia en África al ser “el pulmón espiritual de la humanidad por las increíbles riquezas humanas y espirituales de sus hijos y de sus culturas”, tal como señaló el Papa Benedicto XVI en su homilía del 4 de octubre de 2009.
“La misión providencial de hoy quizás sea recordar al Occidente que el hombre no es nada sin la mujer, la mujer no es nada sin el hombre y ambos no son nada sin ese tercer elemento que es el niño”, indicó.
Además, consideró que, “por causa de Cristo y por la fidelidad a su enseñanza y a su lección de vida”, a la Iglesia en este continente “le resulta imposible aceptar ideologías inhumanas promovidas por un Occidente descristianizado y decadente”.
Subrayó que “África tiene una gran conciencia del necesario respeto por la naturaleza creada por Dios” y añadió que la Iglesia en África “es la voz de los pobres, los sencillos y los pequeños”.
En cuanto a la postura de los obispos africanos, expresó: “No sorprende que los obispos de África, en su pobreza, sean hoy heraldos de esta verdad divina frente al poder y la riqueza de ciertos episcopados de Occidente”.
Al referirse por última vez a la declaración Fiducia supplicans, advirtió que “toda esta confusión podría reaparecer bajo otras formulaciones más sutiles y más ocultas en la segunda sesión del Sínodo sobre la sinodalidad, en 2024, o en el texto de quienes ayudan al Santo Padre a redactar la Exhortación Apostólica postsinodal”.
“¿No tentó Satanás al Señor Jesús tres veces? Habrá que estar atentos a las manipulaciones y proyectos que algunos ya están preparando para esta próxima sesión del Sínodo”, señaló.