El Papa Francisco ha subrayado que la ideología de género es “extremadamente peligrosa” y una amenaza para la paz “amenazada, debilitada y en parte perdida” durante su discurso al Cuerpo Diplomático acreditado ante la Santa Sede, en el que ha repasado los principales conflictos bélicos que se desarrollan en el mundo, con especial mención a la guerra en Tierra Santa entre el grupo terrorista Hamas e Israel y a la invasión de Rusia a Ucrania.
Refiriéndose a las amenazas, el Papa ha afirmado que “la paz exige el respeto de los derechos humanos, según la sencilla pero clara formulación contenida en la Declaración Universal de los Derechos Humanos, cuyo 75 aniversario hemos celebrado recientemente”.
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Para el Pontífice son principios “racionalmente evidentes y comúnmente aceptados” que se están viendo amenazados por “los intentos que se han producido en las últimas décadas de introducir nuevos derechos, no del todo compatibles respecto a los definidos originalmente y no siempre aceptables”.
Las presiones para introducir modificaciones “han dado lugar a colonizaciones ideológicas, entre las que ocupa un lugar central la teoría de género, que es extremadamente peligrosa porque borra las diferencias en su pretensión de igualar a todos”, subraya el Papa, quien considera además que “tales colonizaciones ideológicas provocan heridas y divisiones entre los Estados, en lugar de favorecer la construcción de la paz”.
Prohibir la maternidad subrogada
Por otro lado, el Pontífice se ha referido a la necesidad de defender el derecho a la vida de todo ser humano como presupuesto para construir la paz. En este contexto, ha enfatizado que “el camino hacia la paz exige el respeto de la vida, de toda vida humana, empezando por la del niño no nacido en el seno materno, que no puede ser suprimida ni convertirse en un producto comercial”.
Así, ha definido como “deplorable” la práctica de los vientres de alquiler, también conocidos como maternidad subrogada, “que ofende gravemente la dignidad de la mujer y del niño; y se basa en la explotación de la situación de necesidad material de la madre”, ha defendido.
“Un hijo es siempre un don y nunca el objeto de un contrato. Por ello, hago un llamamiento para que la Comunidad internacional se comprometa a prohibir universalmente esta práctica”, ha abogado el Papa quien ha denunciado “con pesar” y de manera especial en Occidente, “la persistente difusión de una cultura de la muerte que, en nombre de una falsa compasión, descarta a los niños, los ancianos y los enfermos” pese a que “en cada momento de su existencia, la vida humana debe ser preservada y tutelada”.