Luego del rezo del Ángelus, el Papa Francisco recordó desde el balcón del Palacio Apostólico el abrazo que el 5 de enero de 1964 se dieron San Pablo VI y el Patriarca ecuménico Atenágoras, un gesto que ha ayudado a acercar a católicos y ortodoxos tras siglos de incomunicación.
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“Hace sesenta años, en estos mismos días, el Papa San Pablo VI y el Patriarca ecuménico Atenágoras se reunieron en Jerusalén, rompiendo un muro de incomunicación que había mantenido separados durante siglos a católicos y ortodoxos”, indicó el Pontífice a los 40.000 fieles reunidos en la Plaza de San Pedro.
“Aprendamos del abrazo de esos dos grandes de la Iglesia en el camino hacia la unidad de los cristianos, rezando juntos, caminando juntos, trabajando juntos”, añadió.
En ese sentido, el Papa Francisco pidió que “ese gesto histórico de fraternidad realizado en Jerusalén” anime a seguir rezando “por la paz, por la paz en Oriente Medio, en Palestina, en Israel, en Ucrania, en el mundo entero”.
“Tantas víctimas de las guerras, tantas muertes, tanta destrucción... Recemos por la paz. Expreso mi cercanía al pueblo iraní, especialmente a las familias de las numerosas víctimas del atentado terrorista de Kermán, a los numerosos heridos y a todos los afectados por este gran dolor”, expresó.
El abrazo entre San Pablo VI y Atenágoras
El 5 de enero de 1964 Atenágoras visitó a Pablo VI —quien se encontraba en un viaje histórico a Tierra Santa—, en la sede de la delegación pontificia en Jerusalén. Al día siguiente, el Pontífice devolvió la visita al líder ortodoxo en la sede del patriarcado en la ciudad santa.
El encuentro de hace 60 años ha sido considerado un paso fundamental para que el 7 de diciembre de 1965, en una declaración conjunta, ambos líderes revocaran la excomunión recíproca de 1054 que provocó el cisma entre la Iglesia Católica y la Iglesia Ortodoxa.
En mayo de 2014, para conmemorar los 50 años del abrazo entre San Pablo VI y Atenágoras, sus sucesores, el Papa Francisco y el Patriarca Bartolomé sostuvieron un encuentro en Tierra Santa en el que renovaron, en una declaración conjunta, el compromiso de alcanzar nuevamente la comunión entre ambas Iglesias.