¿Es posible ayudar desde el propio hogar a los cristianos que sufren en el mundo entero? Sí. Así lo demuestra Maria Antónia Cabral, una portuguesa de 97 años de edad que confecciona y vende arte sacro, para luego donar todas las ganancias a la fundación pontificia Ayuda a la Iglesia Necesitada (ACN, por sus siglas en inglés).
A pesar de su avanzada edad, Cabral —que tiene 6 hijos, 14 nietos y 15 bisnietos— dedica su tiempo a elaborar imágenes de santos portugueses. Las piezas se conocen como registos y son tradicionales en la piedad del país ibérico desde el siglo XVIII.
Recibe las principales noticias de ACI Prensa por WhatsApp y Telegram
Cada vez es más difícil ver noticias católicas en las redes sociales. Suscríbete a nuestros canales gratuitos hoy:
ACN explica que los registos son imágenes de santos colocadas en marcos decorados, a veces protegidos por un cristal. Las piezas de Cabral han sido todo un éxito y se venden sobre todo como regalos para ocasiones especiales, como bautizos, primeras comuniones, cumpleaños y bodas.
La artista indica que la iniciativa de donar sus ganancias surgió de ver “tantas situaciones desesperadas en el mundo” a las que quería aportar desde sus capacidades y sus talentos.
“ACN entró en mi vida hace varios años. Es una organización benéfica en la que confío porque sé que es católica y que invierte bien el dinero que recibe”, expresa Cabral.
La pasión de Maria Antónia por los registos nació en el mercado de Nazaré (una pequeña villa en el centro de Portugal con poco más de 10.000 habitantes). Allí, comenta ella misma, veía con su madre las imágenes tradicionales que los vendedores de pescado tenían en sus puestos de trabajo.
“Eran muy sencillas, pero a mí me encantaban y más tarde aprendí a hacerlas yo misma”, puntualiza.
Asimismo, Cabral señala que sus registos sólo están hechos con material reciclado muy sencillo. Nunca compra nada, sino que su materia prima son cajas de cartón, telas de ropa, cortinas y cojines viejos. Incluso está preparando una exposición de su arte en Benfica (Lisboa):
“Leo todo lo que me envía ACN, y ese material me motiva a hacer todo lo que pueda. Tengo ahora tantos registos que he decidido montar una exposición, y todo el dinero que recaude lo destinaré íntegramente a ACN”, explica.
La vida de Maria Antónia ha girado siempre en torno al arte, siendo además una de las diez primeras mujeres portuguesas licenciadas en arquitectura.
“Maria es una de las muchas personas que, conmovidas por el sufrimiento de los cristianos en el mundo entero, apoyan la labor de ACN como pueden” concluye la fundación pontificia, que recibe donaciones de más de 365.000 benefactores en las 23 oficinas nacionales con las que cuentan en todo el mundo.