El Papa Francisco se ha referido de nuevo este jueves al Camino Sinodal Alemán, reclamando que se dé más a conocer y se aplique su carta de 2019 en la que expresaba su “preocupación” por este proceso.
En un encuentro celebrado con la Asociación Alemana de Editores Católicos con motivo de los 75 años de su fundación, el Pontífice ha pedido que la carta que escribió Al Pueblo de Dios que peregrina en Alemania en el año 2019 “sea más conocida, meditada y puesta en práctica” pues en ella se contienen dos aspectos que considera “fundamentales para no ir por mal camino”.
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Así, se ha referido al cuidado de la dimensión espiritual, entendida como “la adaptación concreta y constante al Evangelio y no a los modelos del mundo, redescubriendo la conversión personal y comunitaria a través de los Sacramentos y la oración, la docilidad al Espíritu Santo y no al espíritu de los tiempos”.
La otra clave señalada por el Papa Francisco para que el Camino Sinodal Alemán no desvíe el rumbo es la dimensión universal, que contribuye a “no concebir la vida de fe como algo relativo sólo al propio ámbito cultural y nacional” En este sentido, añadió el Pontífice, “la participación en el proceso sinodal universal es buena desde este punto de vista”.
Tras este recordatorio, subrayó que “los comunicadores católicos tienen un papel que desempeñar en estas situaciones: proporcionando una información correcta, pueden contribuir a aclarar malentendidos y, sobre todo, a evitar que surjan, ayudando a la comprensión mutua y no a las oposiciones”.
El Camino Sinodal Alemán
El llamado Camino Sinodal Alemán fue impulsado por el Arzobispo de Munich y Freising, Cardenal Reinhard Marx desde el año 2019. Desde entonces, han sido numerosas las ocasiones en las que el Papa Francisco e instancias vaticanas han expresado sus reservas sobre su planteamiento y desarrollo.
La primera de ellas fue la carta de junio de 2019 a la que ha hecho referencia el Papa Francisco este jueves. Ese mimo año, sólo tres meses después, el Vaticano remitió a los obispos alemanes otra misiva en la que se afirmaba que los planes para un sínodo vinculante de la Iglesia en Alemania “no eran eclesiológicamente válidos” al configurarse más como un concilio nacional, que no puede ser celebrado sin autorización, más que una reflexión sinodal.
En 2020, el prefecto del Dicasterio para la Promoción de la Unidad de los Cristianos, Cardenal Kurt Koch, declaró en una entrevista que el Papa estaba preocupado por el transcurso del Camino Sinodal Alemán.
En el mismo sentido se pronunció el Obispo de Fulda, Mons. Heinz-Josef Algermissen, quien desveló que, tras una audiencia general, el Papa Francisco le habría manifestado su “dramática preocupación” al respecto.
En 2022, se conoció que el Pontífice había trasladado al presidente de la Conferencia Episcopal Alemana, Mons. Georg Bätzing, que el país ya tenía “una muy buena Iglesia evangélica” y que “no necesitamos dos”.
En el mes de julio de ese mismo año, la Oficina de Prensa del Vaticano difundió un comunicado en el que se afirmaba que “el 'Camino Sinodal' en Alemania no tiene la facultad de obligar a los obispos y a los fieles a adoptar nuevas formas de gobierno y nuevos enfoques de la doctrina y la moral". En este sentido, subrayó además que, de ponerse en marcha estos postulados “representaría una herida a la comunión eclesial y una amenaza a la unidad de la Iglesia".
A lo largo del pasado año 2023, tampoco han faltado los pronunciamientos. En el mes de enero, el Papa Francisco denunció en una entrevista con la agencia Associated Press los peligros que entrañan el Camino Sinodal Alemán y aseguró que el Sínodo sobre la Sinodalidad tenía por objetivo ““ayudar a este camino (alemán) más elitista a que de alguna manera no termine mal, sino que también se integre en la Iglesia”.
En noviembre, el Papa envió una carta a cuatro laicas católicas que abandonaron el proceso sinodal germánico en la que reconocía que los pasos dados por la Iglesia en Alemania “amenazan” con socavar la unidad de la Iglesia Católica.