A propósito del mensaje del Papa Francisco para la Jornada Mundial de la Paz 2024, que llevó por tema “La Inteligencia Artificial y la Paz”, el Arzobispo de San Juan de Cuyo (Argentina), Mons. Jorge Lozano, compartió una reflexión.
El prelado comenzó su mensaje haciendo un repaso de la situación del país al finalizar el año 2023, en el que lamentó que como sociedad “hayamos dado pasos atrás en la pobreza y la indigencia, que para unos resultó privación de gastos superfluos y, para gran cantidad de la población, comer peor y menos, además de un deterioro en las condiciones sanitarias y educativas”. Los más golpeados, aseguró, son los niños y adolescentes.
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A nivel global, advirtió que “el drama de la guerra se ha extendido y arraigado”, y analizó: “Destrucción y muerte ante la inoperancia de los organismos mundiales y regionales, o los supuestos amigos dispuestos siempre a arrimar más leña al fuego”.
“No faltan los buitres, que hacen negocios fabricando y vendiendo armas sin importarles las fronteras éticas, que no conocen ni les importa, simplemente no saben de qué se trata”, criticó.
En cuanto al tema de la Jornada Mundial de la Paz, que se celebró el 1° de enero, Mons. Lozano señaló que “en su mensaje, Francisco comparte una rica reflexión acerca de los avances tecnológicos y el modo en que influyen en la vida cotidiana”.
“Lo último que el mundo necesita es que las nuevas tecnologías contribuyan al injusto desarrollo del mercado y del comercio de las armas, promoviendo la locura de la guerra. Si lo hace así, no solo la inteligencia, sino el mismo corazón del hombre correrá el riesgo de volverse cada vez más ‘artificial’”, advirtió, haciendo suyas las palabras del Santo Padre.
“Las aplicaciones técnicas más avanzadas no deben usarse para facilitar la resolución violenta de los conflictos, sino para pavimentar los caminos de la paz”, consideró.
“Mi oración, al comienzo del nuevo año, es que el rápido desarrollo de formas de inteligencia artificial no aumente las ya numerosas desigualdades e injusticias presentes en el mundo, sino que ayude a poner fin a las guerras y los conflictos, y a aliviar tantas formas de sufrimiento que afectan a la familia humana”, manifestó el prelado, concluyendo su mensaje con un pedido: “Seamos constructores de paz en el cuidado de toda vida y de la casa común”.