El Obispo Prelado de Moyobamba (Perú), Mons. Rafael Escudero López-Brea, ha criticado la declaración Fiducia supplicans del Dicasterio para la Doctrina de la Fe y ha exigido a sus sacerdotes “no realizar ninguna forma de bendición” a las parejas en una situación irregular y parejas del mismo sexo.
“El día de mi ordenación episcopal juré solemnemente ‘preservar el depósito de la fe en la pureza y la integridad, de acuerdo con la Tradición siempre y en todas partes observada en la Iglesia desde la época de los Apóstoles’. Por eso, amonesto a los sacerdotes de la Prelatura de Moyobamba a no realizar ninguna forma de bendición de parejas en situación irregular ni a parejas del mismo sexo”, indicó en un mensaje pastoral publicado este 2 de enero.
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Según el prelado, de nacionalidad española, el documento del Dicasterio “daña la comunión de la Iglesia, pues tales bendiciones contradicen directa y seriamente la Divina Revelación y la doctrina y práctica ininterrumpida de la Iglesia Católica, incluido el magisterio reciente del Papa Francisco, por eso no hay citas en toda la Declaración que se apoyen en el magisterio anterior”.
“En su Responsum de 2021, nos decía la Congregación para la Doctrina de la Fe, con la rúbrica del Santo Padre que ‘La Iglesia no dispone, ni puede disponer, del poder para bendecir uniones de personas del mismo sexo’”, añade.
Fiducia supplicans, lanzada el 18 de diciembre pasado, permite bendiciones pastorales “espontáneas” para “parejas del mismo sexo” y otras parejas en “situaciones irregulares”. No permite bendiciones litúrgicas para parejas homosexuales y establece que las bendiciones pastorales no deben realizarse “al mismo tiempo que los ritos civiles de unión, ni tampoco en conexión con ellos”, ni con “vestimentas, gestos o palabras propias de un matrimonio”.
La declaración provocó al poco tiempo reacciones de acogida y de rechazo entre los obispos de todo el mundo. De acuerdo a Mons. Rafael Escudero, el texto ha traído consigo un “desconcierto sin precedentes” en el “clero y muchos fieles” de su jurisdicción.
Después de varios días de oración y reflexión, el prelado concluyó que la bendición de este tipo de parejas “es un abuso grave del Santísimo Nombre de Dios, que se invoca sobre una unión objetivamente pecaminosa de fornicación, adulterio, o aún peor de actividad homosexual”.
“Además, en el último caso hay que recalcar que ‘los actos homosexuales son desordenados y, sobre todo, contrarios a la ley natural’ (Catecismo de la Iglesia Católica N. 2357). Dios no bendice nunca el pecado. Dios no se contradice. Dios no nos miente. Dios, que siempre ama incondicionalmente al pecador, por eso mismo, busca que se arrepienta, se convierta y viva. Dios desea para todos nosotros el bien”, agregó.
Problemas encontrados en la declaración
Fiducia supplicans permite a los sacerdotes impartir bendiciones no litúrgicas a las parejas del mismo sexo (pero no uniones) y en situación irregular. Sin embargo, Mons. Escudero considera que “esta distinción nos deja perplejos y confusos, pues el acto de bendición, ya sea realizado en una asamblea litúrgica o en privado, impartida por un ministro, sigue siendo una bendición, de idéntica naturaleza”.
Por tanto, asegura que “bendecir una pareja” es igual a “bendecir la unión que existe entre ambos”, ya que “no hay modo lógico, real, de separar una cosa de otra”. “¿Por qué, si no, pedirían una bendición juntos y no dos por separado?”.
Para el Obispo Prelado de Moyobamba el problema de fondo es mucho más grave, ya que algunos obispos y sacerdotes, “contraviniendo la moral objetiva de la Sagrada Escritura y de la Sagrada Tradición, llevan mucho tiempo confundiendo al pueblo de Dios con la bendición indiscriminada de estas uniones objetivamente desordenadas y por lo tanto pecaminosas, incurriendo en horrendo sacrilegio”.
Acciones a tomar
Mons. Escudero no sólo exigió a sus presbíteros a no realizar la bendición a las parejas del mismo sexo o en situación irregular, sino que exhortó a seguir “seguir la praxis ininterrumpida de la Iglesia hasta la fecha, que es bendecir a toda persona que pida una bendición”.
“Evitaremos todo escándalo, confusión, inducción al pecado y a la vez seguiremos mostrando la misericordia que la Iglesia siempre ha manifestado a todo pecador que se le acerca, sobre todo, ofreciéndole la conversión, el perdón, la vida de la Gracia y la Vida Eterna. La Iglesia bendice a los pecadores, pero nunca su pecado ni su relación pecaminosa”, aseguró.
Por tanto, resaltó que el clero, por “caridad pastoral”, tiene el deber de llamar a la conversión a quienes están en situaciones de pecado.
“Todo pecador sinceramente arrepentido con la firme intención de dejar de pecar y poner fin a su situación pública de pecado (como, por ejemplo, la convivencia fuera de un matrimonio canónicamente válido o la unión entre personas del mismo sexo), puede recibir una bendición e incluso mejor, la absolución sacramental y la Sagrada Comunión”, explicó.
En otro punto, pidió a los sacerdotes y laicos a no minimizar “las consecuencias destructivas y de corto alcance, resultantes de este esfuerzo hecho por algunos jerarcas de la Iglesia por legitimar tales bendiciones”.
Finalmente, exhortó “cordial y paternalmente a aquellas personas que sienten atracción hacia el mismo sexo o viven en unión homosexual o irregular que se acerquen a Cristo mediante la oración, la escucha de la Palabra, el ayuno, la penitencia y el auxilio de la Virgen María con miras a su conversión y aprovechar la oportunidad de conversión que Dios les brinda para una vida más feliz y la consecución de la vida eterna”.
“Asimismo, exhorto a los sacerdotes y fieles de la Prelatura a seguir cultivando su filial unión al actual Pontífice de la Santa Iglesia de Dios el Papa Francisco, a los que le precedieron y a los que vendrán. Esta comunión es la que me mueve a suscribir estas letras”, concluyó.