Ante la ola de secuestro de clérigos a manos de la dictadura de Daniel Ortega en Nicaragua en los últimos días, Mons. Silvio José Báez, Obispo Auxiliar de Managua exiliado en Estados Unidos, hizo un llamado a la Iglesia Católica en todo el mundo: “No nos dejen solos”.
En un video mensaje difundido el 30 de diciembre, Mons. Báez expresó: “A la Iglesia del mundo entero, les rogamos, les pedimos que vuelvan los ojos hacia Nicaragua. No nos dejen solos, ofrezcan su oración por nuestro pueblo oprimido y alcen su voz profética en favor de esta Iglesia perseguida”.
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Entre el 28 y 30 de diciembre, la dictadura que encabeza Ortega, de la mano de su esposa y vicepresidenta Rosario Murillo, ha secuestrado a nueve sacerdotes. El 21 de diciembre, el régimen arrestó al Obispo de Siuna, Mons. Isidoro Mora.
Esta es la ofensiva más agresiva del régimen contra la Iglesia Católica desde febrero, en que condenó a más de 26 años de prisión a Mons. Rolando Álvarez, Obispo de Matagalpa, acusándolo de “traición a la patria”.
Actualmente suman 12 los clérigos, entre obispos y presbíteros, detenidos por la dictadura, además de dos seminaristas.
Ortega se ha mantenido en el poder en Nicaragua ininterrumpidamente desde 2007, tras cuestionadas reelecciones. En enero de 2022 comenzó un quinto periodo presidencial de cinco años.
En su video mensaje del 30 de diciembre, Mons. Báez, que tuvo que abandonar Nicaragua en medio de amenazas de la dictadura en abril de 2019, pidió también “a la comunidad internacional que sea más eficaz en la presión contra la dictadura sandinista de Ortega, que exija la libertad de todos los presos políticos y la restauración del orden democrático en el país”.
Daniel Ortega tiene un “inquebrantable y permanente odio hacia la Iglesia”
Mons. Báez lamentó el “momento aciago que vive la Iglesia de Nicaragua”, y aseguró que sacerdotes nicaragüenses exiliados lo animaron a realizar ese mensaje.
El prelado denunció que “la decisión arbitraria e ilegal de la dictadura sandinista en Nicaragua de mantener a dos obispos encarcelados y de secuestrar a varios de sacerdotes en pocos días, evidencia una vez más su desprecio flagrante hacia los derechos humanos, su falta absoluta de respeto hacia la libertad religiosa y su inquebrantable y permanente odio hacia la Iglesia”.
“Los tiranos son conscientes de que el pueblo nicaragüense ama a su Iglesia y a sus pastores, y les aterra la existencia de un pueblo consciente y movilizado por la fe cristiana, porque es un pueblo crítico, libre y sujeto de su propia historia”.
El prelado nicaragüense aseguró que los sacerdotes secuestrados “son hombres íntegros, pastores buenos y amados por sus comunidades, defensores de la verdad y de la justicia”.
“Con la fuerza de Dios, un día nuestros obispos y sacerdotes serán liberados y volverán a ejercer con entrega y generosidad su ministerio al servicio del Evangelio”, aseguró.
La persecución es “el momento del testimonio y de la fe”
El obispo exiliado subrayó además que a pesar de la persecución “la Iglesia seguirá viviendo y celebrando; seguirá denunciando las injusticias y agachándose como buen samaritano para auxiliar a las víctimas de los poderes inhumanos; seguirá al lado de los últimos como Jesús llevando luz a las mentes y consuelo a los corazones”.
“Por más que los injustos y violentos le hagan la guerra a la Iglesia, a sus ministros y a todo el pueblo de Dios, ella continuará su misión hasta el final de los tiempos”, resaltó.
Mons. Báez señaló que “el momento de la persecución, hermanos, es también el momento del testimonio y de la fe”.
“La persecución no es un signo de debilidad de la Iglesia, sino de su autenticidad, su vitalidad y su fidelidad a Jesús”, resaltó.
“Los malvados podrán hacer alarde de fuerza bruta en medio de la noche para secuestrar a nuestros sacerdotes, podrán torturarlos y maltratarlos en sus calabozos, podrán interrogarlos para humillarlos, podrán incluso estar pensando en negociar con ellos o desterrarlos o desnacionalizarlos como han hecho con muchos de nosotros. Sin embargo, con dignidad y valentía y diciendo la verdad sin temor, ellos ya están dando testimonio de Jesús y lo seguirán haciéndolo”.
Lejos de ser delincuentes, los obispos y sacerdotes detenidos por la dictadura de Ortega son “hombres de Dios”
“Estamos orgullosos de ellos y estaremos siempre junto a ellos con nuestra oración hasta conseguir su libertad y la de todos los presos políticos”, aseguró.
Quien adora a Dios “no adorará a los ídolos de muerte”
Dirigiéndose a todos los católicos de Nicaragua, Mons. Báez les señaló que “nuestras parroquias y comunidades, también deben ser fuertes en el Señor en este momento, poner su confianza en Él, redoblar su oración por los obispos y sacerdotes presos, ofrecer el Rosario a la Purísima, rezar el rosario de la misericordia, practicar el exorcismo de San Miguel y sobre todo participar con devoción en la Eucaristía siempre que sea posible”.
“En modo especial, les recomiendo a todos, sacerdotes y laicos, dedicar tiempo a la adoración en presencia de Jesús Sacramentado. La adoración de rodillas ante Jesús hará que no nos arrodillemos, Él nos dará fuerza para no arrodillarnos ante ningún poderoso de este mundo. Quien adora a Dios en la oración, en la vida no adorará a los ídolos de muerte que nos quieren doblegar”.
“Lo que a nosotros nos toca, hermanos, como cristianos, a pesar de lo duro del momento, es responder siempre con la fuerza de la verdad, renunciando a todo tipo de violencia y enfrentando el mal con el bien”, expresó.