El Papa Francisco recibió con entusiasmo este 30 de diciembre, en el Vaticano, a más de 3 mil miembros de la Federación Internacional Pueri Cantores (coros infantiles y juveniles), a quienes inspiró con 3 puntos clave para su servicio “fundamental” en la Iglesia.
Los niños se encuentran en Roma para participar de un festival coral internacional bajo el lema “Et in terra pax” (En la Tierra paz) que inició el 28 de diciembre y concluirá el 1 de enero.
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“Lo que hacen es muy importante, porque con sus voces ayudan a las comunidades a rezar, a abrir el corazón al Señor, y esto es fundamental para la vida de la Iglesia. Les agradezco mucho, y quisiera confiarles tres palabras claves para su servicio: alegría, oración y humildad”, expresó este 30 de diciembre desde el Aula Pablo VI.
Alegría: La tradición del canto como regalo
El Papa resaltó la alegría inherente al canto, especialmente cuando se realiza en coro. “Y la alegría de su canto es un regalo que han recibido de quienes han compuesto las partituras que interpretan, de quienes se las enseñan y de quienes se las han trasmitido, a veces incluso a través de los siglos”, recordó.
En ese sentido, animó a los jóvenes cantores a reconocer la riqueza de la tradición musical que transmiten, recordándoles que su canto es un regalo preciado que han recibido y enriquecido con su alegría.
“Como dice la Biblia: ‘Dios ama al que da con alegría’ (cf. 2 Co 9,7). Por eso, cuando ustedes ponen su entusiasmo en el canto, ofrecen un gran regalo a quienes los escuchan. ¡Hay tanta necesidad de alegría en el mundo!”, indicó el Papa, destacando el poder del canto para hacer “vibrar” los corazones y restituir la esperanza.
Oración: El canto como acto de amor y devoción
El Papa enfatizó que los jóvenes cantores “no son simples artistas”, sino que “ayudan a los demás a rezar con su oración cantada”. Hizo hincapié en la importancia de tener el corazón “cerca de Jesús”, afirmando que un corazón lleno de amor a Jesús se refleja en la voz y llega “al corazón de las personas”.
Citando a San Agustín, el Papa subrayó que “quien canta reza dos veces” y además “ayudan a la comunidad a hacer lo mismo”.
“Es verdad, cantar es un acto de amor, y haciéndolo rezamos con las palabras y con la música, con el corazón y con la voz, con la devoción y con el arte”, sostuvo.
Humildad: El canto como escuela de humildad
El Papa describió el canto como “una escuela de humildad”, destacando que el cantor, “incluso en las partes del solista, está siempre encuadrado en un coro, que lo supera y en el que todos están al servicio de todos, incluso el maestro que dirige”.
Instó a los jóvenes a no buscar sobresalir, sino a fundirse en el conjunto, recordando que un cantor que busca ser el foco de atención no es un buen cantor. La humildad, según el Papa, permite que “el canto esté al servicio de Dios” y deje “espacio para el silencio, donde cada uno puede escuchar en el secreto las palabras que sólo Jesús sabe decir a cada uno de nosotros”.
“Y quisiera decirles una última cosa. A pesar de estar aquí presentes tantos de ustedes, cuando cantaban, hace un rato, parecía uno sólo. ¡Esto es hermoso! Esto no es una casualidad, es posible porque han estudiado sus partes, han hecho los ensayos, se han comprometido, y también esto es un mensaje importante para todos. Cantar bien juntos requiere esfuerzo, como el esfuerzo que es necesario para vivir bien juntos. Ustedes, sin embargo, con la armonía de sus interpretaciones, con la luz de sus rostros y la hermosura de sus voces, nos ayudan a entender que esto merece la pena”, agregó.
En su mensaje final, el Papa concluyó expresando su bendición a los jóvenes cantores y recordándoles la fortuna de compartir el don de la música sacra.
Sobre la Federación Internacional Pueri Cantores
Fundada en 1950 por un abad francés llamado Fernand Maillet, la federación creció hasta contar con más de 1.000 miembros procedentes de 25 países. Cada año niñas y niños se reúnen en diferentes ciudades del mundo para cantar por la paz, alabar al Señor y divertirse haciendo música juntos.