Faltando pocos días para festejar el Nacimiento del Niño Dios, les compartimos 3 consejos que San Juan Bosco, padre y maestro de la juventud, dio a sus jóvenes para vivir con profundidad la Navidad.
En las Memorias Biográficas, conjunto de 19 tomos de la vida de Don Bosco, se relata que al inicio de la Novena de Navidad, un 15 de diciembre de 1859, San Juan Bosco les narró a sus muchachos un cuento navideño.
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Describió que cierto día un hombre que era muy devoto del Divino Niño Jesús estaba viajando por una selva en pleno invierno. De pronto escuchó el llanto de un bebé y se dirigió a ver de dónde provenía. Es así que se encontró con un hermoso pequeño y dijo: “Pobre niño, ¿cómo estás aquí abandonado en la nieve?”
El bebé le respondió: “¡Ay de mí! ¿Cómo no voy a llorar, estando aquí abandonado de todos sin que nadie tenga compasión de mí?”. Luego la visión desapareció y el viajero comprendió que había sido el mismo Cristo quejándose “de la ingratitud y frialdad de los hombres”.
“Les he narrado este hecho para que procuremos que Jesús no tenga que quejarse también de nosotros”, indicó Don Bosco.
Más adelante, el 23 de diciembre, el fundador de los salesianos le dio a sus jóvenes tres consejos navideños.
El primero fue que estén alegres en las fiestas de Navidad, indicando que el Señor vino a este mundo por cada uno de nosotros en particular. En este sentido, les recordó que muchos Pontífices han enseñado que “el Señor hubiera nacido y muerto igualmente, si hubiera habido uno sólo a quien salvar”.
Por ello, como agradecimiento a este amor del Señor, Don Bosco les aconsejó hacer una buena confesión y Comunión, con la promesa de ser siempre fieles a Dios.
Asimismo, les recomendó que escribieran una carta a sus padres, no para pedirles cosas, sino para desearles unas felices fiestas, asegurándoles que rezarán por ellos, dándoles gracias por sus sacrificios y para pedirles perdón por si en algún momento les faltaron el respeto.
“Si les escriben en estos o parecidos términos, les darán una gran satisfacción y ello agradará mucho a Jesús, porque con esta carta honrarán a su padre y a su madre”, explicó.
Finalmente, Don Bosco concluyó su reflexión “deseándoles a todos unas felices navidades”.