En una emotiva ceremonia realizada en la imponente Catedral gótica de Barcelona, el Cardenal Ricard María Carles cedió los símbolos de autoridad episcopal a su sucesor, el Arzobispo Lluís Martínez Sistach, quien señaló que era la Iglesia local de Barcelona, su nueva sede, la que “toma posesión de mí”.
La ceremonia de toma de posesión se inició con la lectura de la Bula Pontificia, tras la cual el Cardenal Carles, emérito de Barcelona, dedicó breves pero emotivas palabras al nuevo Arzobispo.
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Mons. Martínez Sistach dijo durante su homilía que “Aquí, en la Iglesia Catedral Basílica de Barcelona, me dispongo a iniciar mi Ministerio Episcopal con la toma de posesión canónica y la imposición del Palio para servir a la Arquidiócesis Metropolitana de Barcelona”.
“El Santo Padre Juan Pablo II me ha confiado este encargo eclesial, que he acogido con espíritu de disponibilidad a la voluntad de Dios y de servicio impregnando de amor a la Iglesia”. “Tengo conciencia de que es la archidiócesis de Barcelona, su obispo auxiliar, los presbíteros, los diáconos, los religiosos, las religiosas, los laicos y las laicas los que toman posesión de mí”, agregó el nuevo Arzobispo.
El desafío del secularismo
Este mismo domingo, el diario madrileño ABC publicó una entrevista con Mons. Lluís Martínez Sistach, en la que el nuevo Arzobispo catalán destacó el secularismo como uno de sus principales desafíos.
El nombramiento, señaló, supone “un considerable peso de responsabilidad. Es un servicio a la Iglesia. Con esta actitud he aceptado el nombramiento. La espiritualidad de disponibilidad y de servicio a la Iglesia que he procurado vivir con la ayuda de Dios desde la ordenación sacerdotal, me ha ayudado a aceptar este encargo que me ha hecho el Santo Padre”.
Mons. Martínez Sistach señaló que “no hay duda de que la evangelización es una necesidad muy patente en las diócesis para ofrecer a la secularizada sociedad de hoy la riqueza de la salvación de Jesucristo”.
“Desde el primer momento deseo mantener con los sacerdotes, con cada uno de ellos, un trato personal, sin olvidar a todos los otros fieles que realizan un trabajo eclesial en los institutos religiosos, parroquias y movimientos”, agregó.
El nuevo Arzobispo señaló además que “gran parte del occidente europeo es una sociedad muy secularizada, así lo reconoce Juan Pablo II en su exhortación ‘Iglesia en Europa’. Cataluña, por haber estado más abierta a Francia, lo nota aún más. Como afirma el Papa en aquel documento, hay que anunciar Jesucristo”.
“Este anuncio debe realizarse con el testimonio de una vida cristiana coherente con la fe y también ha de hacerse con el anuncio explícito, muy convencido y respetuoso, de Jesucristo, ‘camino, verdad y vida’. Los cristianos hemos de ofrecer a la sociedad la riqueza espiritual de la revelación de Dios”, concluyó.