El Papa Francisco renovó este sábado su cercanía con los cristianos de Tierra Santa, quienes a causa de las consecuencias de la guerra entre Israel y Hamás vivirán una “Navidad de dolor”, sin celebraciones como en años anteriores.
El Santo Padre dijo estas palabras durante la audiencia que concedió este sábado a los figurantes del nacimiento vivo que se presentará esta tarde en la Basílica de Santa María la Mayor, en Roma.
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Durante el encuentro, el Papa Francisco aprovechó para recordar la situación que vive Medio Oriente desde que el 7 de octubre comenzó un nuevo conflicto entre Israel y el grupo terrorista Hamás, y que ha llevado a una crisis humanitaria en la Franja de Gaza.
En Gaza habitan aproximadamente mil cristianos de diferentes denominaciones y sólo hay una parroquia católica, la iglesia de La Sagrada Familia, que desde el inicio de los enfrentamientos se ha convertido en un refugio para cientos de personas.
“Sabemos cuál es la situación a causa de la guerra, consecuencia de un conflicto que dura décadas”, indicó el Pontífice. Para los habitantes de Belén y del resto de Tierra Santa “se preanuncia una Navidad de dolor, de luto, sin peregrinos, sin celebraciones”, manifestó.
La mayoría de los cristianos de Tierra Santa viven del turismo y de las peregrinaciones, por lo que la cancelación de estas ha provocado la ausencia de recursos para las familias.
Por ello, exhortó a no dejar solos a “los habitantes de la tierra donde Jesús nació, vivió, murió y resucitó”.
“Seamos cercanos a ellos con la oración, con la ayuda concreta y también con vuestro Pesebre viviente, que recuerda a todos cómo el sufrimiento de Belén es una herida abierta para Medio Oriente y para el mundo entero”, manifestó el Papa a los participantes de la audiencia.
Hace unas semanas las autoridades de Belén, ubicada en el territorio palestino de Cisjordania, anunciaron la suspensión de todas las actividades civiles de Navidad debido a la guerra, por lo que durante estos días sólo tienen lugar las celebraciones religiosas.