En el primer Angelus que preside en la residencia veraniega de Castelgandolfo, el Papa Juan Pablo II, de regreso de sus vacaciones en el norte de Italia, volvió a destacar la importancia del domingo como Día del Señor.
Al recordar el pasaje evangélico de la Misa dominical, que trae el relato de la visita de Jesús a Marta y María en Betania, el Pontífice señaló que “Cristo está siempre en medio de nosotros y quiere hablarle a nuestro corazón”.
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“Lo podemos escuchar meditando con fe la Sagrada Escritura, recogiéndonos en la oración privada y comunitaria, deteniéndonos en silencio frente al Tabernáculo, desde el cual Él nos habla de su amor”, agregó.
“Especialmente en el Domingo, los cristianos somos llamados a encontrar y escuchar al Señor”, agregó el Santo Padre; y destacó que “esto sucede en el modo más pleno mediante la participación en la santa Misa, en la cual Cristo prepara para los fieles la mesa de la Palabra y del Pan de vida. Pero otros momentos de oración y reflexión, de reposo y fraternidad pueden confluir útilmente para santificar el día del Señor”.
“Cuando, por la acción del Espíritu Santo, Dios hace morada en el corazón del creyente, resulta más fácil servir a los hermanos. Así ha sucedido de manera particular y perfecta a María Santísima. A ella encomendamos este período de vacaciones, para que se lo valorice como tiempo propicio para volver a descubrir la primacía de la vida interior”, concluyó el Papa.