Esta mañana, con autorización del Papa Francisco, el Dicasterio de las Causas de los Santos ha promulgado los decretos relativos a once causas de canonización, entre ellas la del médico guatemalteco Ernesto Cofiño, declarado venerable por su vivencia heroica de las virtudes cristianas.
En un comunicado, Mons. Fernando Ocáriz, prelado del Opus Dei, expresó: “Damos gracias a Dios por esta feliz noticia y agradecemos al Santo Padre que haya querido tomar esta decisión”.
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“Ernesto correspondió a la gracia de Dios y a su vocación viviendo las virtudes cristianas en su familia, en el desempeño de su profesión de médico, en el servicio generoso a los más necesitados: enfermos, pobres, huérfanos. Junto con su esposa Clemencia, transformó su casa —bendecida con cinco hijos— en un hogar luminoso y alegre”, señaló.
Santiago Callejo, sacerdote y postulador de la causa de Cofiño, comparte que el laico siempre destacó por su generosidad de vida, que fue un buen esposo y padre, además de siempre tratar de ser un mejor médico. Según Callejo, el nuevo venerable consideraba su trabajo como un camino para servir a los demás, “para cambiar el trozo de mundo que Dios le había encomendado”.
“[El Venerable Cofiño] Nos muestra que el trabajo y la familia son los lugares donde estamos llamados a comportarnos como lo haría Jesús. Se empeñó con todo su corazón al servicio de los demás. Se preocupó por cultivar su propia vivencia cristiana y estimulaba la vida espiritual de quienes se acercaban a él”, expresa el postulador, citado en el mensaje compartido por el Opus Dei.
El P. Callejo considera que el doctor Cofiño “supondrá una inspiración muy cercana para la Iglesia en Guatemala”. Y afirma que la fama de santidad del médico se ha expandido rápidamente en todas las regiones del país, de donde llegan numerosos relatos relacionados con el nuevo venerable.
En el documento de Promulgación de Decretos del Dicasterio para las Causas de los Santos, también resalta la aprobación de las virtudes heroicas de la Sierva de Dios Francesca Lacellotti, madre de familia fallecida en 2008.
En la lista está presente también el venerable sacerdote mexicano Moisés Lira Serafín, fundador de la Congregación de las Misioneras de la Caridad de María Inmaculada, de quién se aprobó un milagro atribuido a su intercesión y que le permitirá ser elevado a la dignidad de Beato. De igual manera, se aprobó un milagro por la intercesión de la Venerable Sierva de Dios Ana de Jesús, monja carmelita descalza, fallecida en 1621.
Vida de gracia, de familia y profesional
Ernesto Cofiño nació en Ciudad de Guatemala el 5 de junio de 1899. En 1919 empezó a estudiar medicina en la Universidad de La Sorbona (Francia). En 1933 se casó con Clemencia Samayoa, con quien tuvo cinco hijos: Ernesto, Clotilde, Clemencia, Sofía, Roberto y José Luis.
Se especializó en pediatría y, cuenta el Opus Dei, no sólo se limitaba a solucionar las dolencias físicas de los pacientes, sino que hacía suyos los problemas de los niños y las familias. “Movido por su fe y un deseo de solidaridad”, creó y se involucró en muchas iniciativas por la vida, siempre en beneficio de futuras madres, de huérfanos y de niños de la calle.
En 1956 se asocia al Opus Dei e intensifica su trato con Dios, a través de la Misa y comunión diarias, la confesión frecuente, la oración, los sacrificios en la vida ordinaria y otras prácticas de vida cristiana. Cultivó mucho más sus relaciones personales, con amigos y conocidos, “comunicando su alegría y su fe” donde quiera que iba.
Durante toda su vida “se esmeró en compatibilizar con equilibrio su vida familiar y su trabajo profesional”, asegura la Prelatura. El hoy venerable solía decir: “Profesión y vida son inseparables: al lado de las actividades médico-profesionales y sociales, está la vida del hogar”.
Sobre su esposa, Colfiño afirmaba que era “su aliento en los momentos difíciles, ánimo en los fracasos; alegría en el hogar que vinieron a colmar cinco hijos”. Clemencia fallecería en 1963 y, desde entonces, Colfiño se dedicaría mucho más a sus hijos, sin jamás descuidar sus deberes profesionales.
Ernesto murió el día 17 de octubre de 1991 en Ciudad de Guatemala. Vivió la enfermedad (un cáncer que fue detectado en 1981 y que resurgió en junio de 1991) buscando la compañía y el consuelo de Dios.
En el 2000 se abrió el proceso diocesano sobre su vida, virtudes y fama de santidad, durante el que se entrevistaron a 45 testigos a lo largo de 58 sesiones. En 2002, el Vaticano concedió el decreto de validez jurídica del proceso diocesano, y se nombró al relator de su causa.
En 2021 el Dicasterio para las Causas de los Santos recibió el documento de 771 páginas sobre su vida y el proceso diocesano; y en 2022, el Vaticano dio respuesta positiva a la pregunta sobre el ejercicio heroico de las virtudes por parte del Siervo de Dios.
Un año más tarde, la sesión ordinaria de los cardenales y obispos que conforman el dicasterio se pronunció a favor de la heroicidad de las virtudes de Ernesto Cofiño. Finalmente, hoy el Papa Francisco autorizó que el Dicasterio de las Causas de los Santos promulgue el decreto de virtudes heroicas del ahora Venerable Ernesto Cofiño.