En la Audiencia General de este 13 de diciembre, el Papa Francisco concluyó con su ciclo de catequesis sobre el celo apostólico y la pasión por la evangelización. Este miércoles, animó a los fieles a sentirse llamados, como bautizados, “a testimoniar y anunciar a Jesús”.
A diferencia de las últimas audiencias, el Santo Padre leyó su catequesis ante los fieles reunidos en el Aula Pablo VI del Vaticano, señal de que su salud ha mejorado y ya no padece los síntomas de una gripe que arrastraba desde finales de noviembre y que le había provocado una inflamación pulmonar.
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El Papa Francisco reflexionó esta mañana sobre el pasaje del Evangelio en el que Jesús cura a un sordomudo cerca del mar de Galilea, en una zona habitada principalmente por paganos, y para ello utiliza la palabra en arameo Effetá, que significa “ábrete”.
El Santo Padre explicó que el mutismo y la sordera en la Biblia “es sobre todo metafórico y designa el cierre a las llamadas de Dios. Hay una sordera física, pero en la Biblia, el que es sordo a la Palabra de Dios, es mudo que no habla la Palabra de Dios”.
En este sentido, el Pontífice destacó que también nosotros, “que hemos recibido la effetá del Espíritu en el bautismo, estamos llamados a abrirnos”.
“Un cristiano —continuó el Papa Francisco—, debe estar abierto a la Palabra de Dios y al servicio de los otros”, así como al anuncio de la Palabra.
“Los cristianos cerrados terminan mal siempre, porque no son cristianos, son ideólogos, ideólogos de la clausura”, remarcó.
A continuación, el Papa Francisco animó a los fieles a sentirse “llamados como bautizados, a testimoniar y anunciar a Jesús”.
Además, les invitó a hacerse las siguientes preguntas: ¿Amo realmente al Señor, hasta el punto de querer anunciarlo? ¿Quiero convertirme en su testigo o me contento con ser su discípulo? ¿Me tomo en serio a las personas que conozco? ¿Las llevo a Jesús en oración? ¿Quiero hacer algo para que la alegría del Evangelio, que ha transformado mi vida, haga más bella también la de ellos?
“Pensemos en esto, pensemos en estas preguntas y vayamos adelante con nuestro testimonio”, pidió por último el Santo Padre.