Por Julieta Villar
Tras siete meses de audiencias, este lunes 11 de diciembre culminó en La Rioja (Argentina) el juicio por el asesinato del Beato mártir Wenceslao Pedernera, ocurrido el 25 de julio de 1976. El único imputado en la causa, el alférez Eduardo Abelardo Britos, fue condenado a prisión perpetua e inhabilitación para ejercer cargos.
“Se hizo justicia por Wenceslao, un hombre de bien que supo jugarse por sus ideales”, afirmó el Obispo de La Rioja, Mons. Dante Braida, y agregó que con este fallo “se saldó una deuda con la sociedad riojana y argentina”.
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El juicio para esclarecer el asesinato del Beato Wenceslao Pedernera se inició el 28 de abril de 2023, a 47 años de su muerte, ocurrida en la localidad de Sañogasta, La Rioja. Ese día tres encapuchados irrumpieron en su hogar y lo dejaron malherido. El mártir falleció horas después en el hospital de la zona.
El único imputado por el crimen es el alférez Eduardo Abelardo Britos, quien en 1976 estaba a cargo del Escuadrón de Gendarmería de Chilecito.
Más de 60 personas aportaron a la causa judicial, testificando sobre el terrorismo de Estado, la persecución por odio a la fe, el ataque sistémico a la pastoral de Mons. Enrique Angelelli, la imposición de privación ilegítima de la libertad, torturas y violaciones a los detenidos en el Instituto de Rehabilitación Social, que estaba a cargo de Gendarmería, encabezada por Britos.
En cuanto a Pedernera, su familia recordó el compromiso social y religioso, y el momento de su asesinato. Además del laico, durante esas semanas también fueron asesinados los sacerdotes Carlos de Dios Murias y Gabriel Longueville, y el Obispo de La Rioja, Mons. Angelelli.
En la primera audiencia del juicio, el imputado escuchó las acusaciones en modalidad virtual y, en la siguiente, bajo la misma modalidad, se negó a declarar. Su ausencia en las sesiones consecutivas fue justificada por razones de salud.
Ante un nutrido público que colmó la Sala de Audiencias y las inmediaciones, el Tribunal integrado por los doctores José Camilo Quiroga Uriburu, Mario Eduardo Martínez y José Fabián Asís, determinó que los hechos atribuidos a Britos son de lesa humanidad, por lo tanto imprescriptibles, estableciendo una condena por el delito de privación ilegítima de la libertad, allanamientos ilegales, torturas, tormentos agravados, abusos deshonestos, e imponiendo sobre él la pena de prisión perpetua e inhabilitación para ejercer cargos.
También se determinó diferir la ejecución de la pena hasta que la sentencia esté firme, con una pericia médica para que cumpla su condena en una cárcel común.
Asimismo, Britos deja de ser miembro de la fuerza de Gendarmería.
De la jornada participaron la esposa, hijas y familiares de Wenceslao Pedernera, varias de las víctimas con sus familiares, el Obispo de La Rioja, Mons. Dante Braida, sacerdotes, miembros de la Secretaría Provincial y Nacional de Derechos Humanos, medios de prensa y público en general, que reaccionaron con aplausos y vivas hacia el nombre de Wenceslao y las víctimas del terrorismo de Estado.
Wenceslao Pedernera fue un laico, activista rural, cooperativista y catequista católico, esposo y padre. Fue miembro del Movimiento Rural de la Acción Católica Argentina en la región de Cuyo, y desarrolló un gran compromiso con los pobres, en especial de las zonas rurales, acompañando la pastoral del entonces Obispo de La Rioja, Mons. Enrique Angelelli.
Fue atacado por tres personas que irrumpieron en su hogar la noche del 24 de julio de 1976, acribillándolo delante de su esposa e hijas. Falleció horas después en el hospital de Chilecito. Antes de morir, pidió a su familia: “No odien, yo ya los perdoné”.
El Papa Francisco reconoció oficialmente que la muerte de Wencesaleo Pedernera tuvo el carácter de “martirio en odio de la fe”. Fue proclamado beato el 27 de abril de 2019 en La Rioja, en una ceremonia presidida por el Cardenal Gionvanni Angelo Becciu, enviado especial del Vaticano.
Wenceslao es uno de los cuatro “Mártires Riojanos”, junto a Mons. Enrique Angelelli y los sacerdotes Carlos de Dios Murias y Gabriel Longueville.
Soy periodista, licenciada en comunicación por la Universidad Nacional de La Matanza en Argentina. Tengo experiencia laboral en organizaciones no gubernamentales. Desde 2016 me dedico al periodismo católico, primero en la Agencia Informativa Católica Argentina (AICA) y, desde 2022, como corresponsal de ACI Prensa para Argentina, Chile, Uruguay y Bolivia.
