El Papa Francisco presidió una Misa en la Basílica de San Pedro del Vaticano con motivo del día de la Virgen de Guadalupe, que se celebra cada 12 de diciembre, en la que destacó la “sencillez” del mensaje de la Virgen, el cual “no tolera ideologías de ningún género”.
En su homilía, leída en español y dirigida a los tres mil fieles presentes en la basílica vaticana, junto a sacerdotes, religiosos, obispos y cardenales de la Curia romana, el Santo Padre recordó la tilma de San Juan Diego, en la que quedó impresa la imagen de la Virgen en 1531.
Recibe las principales noticias de ACI Prensa por WhatsApp y Telegram
Cada vez es más difícil ver noticias católicas en las redes sociales. Suscríbete a nuestros canales gratuitos hoy:
El Pontífice puntualizó que esta imagen es de “la primera discípula, de la madre de los creyentes, de la misma Iglesia, que queda impresa en la humildad de aquello que somos y tenemos, que no vale mucho, pero que será algo grande a los ojos de Dios”.
Más tarde, el Papa Francisco comparó el pedido que le hizo la Virgen al indio Juan Diego, cuando le animó a recoger flores, con el “fruto” que Dios nos pide dar. “Las flores, en la mística, significan las virtudes que el Señor infunde en el corazón, no son obra nuestra”, precisó.
En este sentido, explicó que “el acto de recogerlas nos revela que Dios quiere que acojamos ese don, que perfumemos nuestra débil realidad con obras de bien, creciendo en la virtud y eliminando odios y temores”.
El Pontífice aseguró que la palabras de la Virgen: “¿No estoy yo aquí, que soy tu madre?”, cobran “un nuevo sentido” y que el “estar” de la Virgen significa “quedarse permanentemente impresa en esas pobres ropas, perfumadas por unas virtudes recogidas en un mundo que parece incapaz de producirlas”.
“Virtudes —continuó el Papa Francisco— que llenan nuestra pobreza en la sencillez de pequeños gestos de amor, que van iluminando nuestra tilma, sin que nos demos cuenta, con la imagen de una Iglesia que lleva a Cristo en su seno”.
Asimismo, destacó el carácter sencillo del mensaje de la Virgen de Guadalupe, “junto a la seguridad de que ella es mi madre, que está aquí”.
Para el Papa Francisco, este mensaje “nos defiende de tantas ideologías sociales y políticas con las que con tanta frecuencia se usa esta realidad guadalupana para fundamentarse, justificarse y ganar dinero”, advirtió a continuación.
Por último, afirmó que “el mensaje guadalupano no tolera ideologías de ningún género. Sólo la imagen, la tilma, las rosas”.
La Santa Misa fue celebrada por el Cardenal Francis Prevost, prefecto del Dicasterio para los Obispos, y en ella estuvo presente el coro de la Capilla Sixtina. El Santo Padre participó en la celebración eucarística desde el lateral derecho de la nave central del templo.
Al finalizar la Misa, mientras miembros del Colegio Mexicano y del Colegio Pío Latinoamericano en Roma cantaban “La Guadalupana”, el Papa Francisco se detuvo unos instantes frente a la imagen de Nuestra Señora de Guadalupe.
Finalmente, el Papa Francisco abandonó la Basílica de San Pedro en silla de ruedas y se dirigió a la Casa Santa Marta.