Este martes 12 de diciembre, el Consejo Ordinario de la Secretaría General del Sínodo ha difundido el documento que indica los pasos a seguir en los próximos meses de cara a la segunda y final sesión del Sínodo de la Sinodalidad, que se celebrará en octubre de 2024 en Roma.
El documento, que lleva por título Hasta octubre de 2024, fue enviado el lunes 11 de diciembre a los patriarcas y arzobispos mayores de las Iglesias Orientales Católicas, a los presidentes de las Conferencias Episcopales, a todos los obispos y eparcas de la Iglesia Católica y a los miembros de la XVI Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos.
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El objetivo es indicar las pautas para “continuar el camino” de este “proceso sinodal” que comenzó en 2021 y cuya primera sesión se celebró en Roma el pasado octubre, bajo el lema Por una Iglesia sinodal. Comunión, participación, misión.
En ese sentido, la Secretaría General del Sínodo de la Sinodalidad ha informado que durante estos meses se profundizarán ciertos temas “importantes”, como la “profundización de la investigación teológica y pastoral sobre el diaconado y, más concretamente, sobre el acceso de las mujeres al diaconado”.
Otros temas son el estudio de la Ratio fundamentalis sobre la formación de los ministros ordenados, así como el estudio preliminar con vistas a la actualización del CIC (Código de Derecho Canónico) y del CCEO (Código de los Cánones de las Iglesias Orientales) .
El documento señala que los asuntos “de gran importancia” deben “ser tratados a nivel de toda la Iglesia y en colaboración con los Dicasterios de la Curia Romana”.
Como resultado de los estudios, se presentará al Papa Francisco una lista de estos temas y, sobre los que él indique, “se convocará a grupos de expertos de todos los continentes para trabajar, con la implicación de los Dicasterios competentes de la Curia Romana, en una dinamización eclesial coordinada por la Secretaría General del Sínodo”.
Asimismo, el documento destaca el testimonio que deben dar los miembros que participaron en la asamblea de 2023 y establece que el proceso sinodal tendrá como guía los tres niveles sobre los que se ha trabajado hasta ahora: el nivel de cada Iglesia local, el de las agrupaciones de Iglesias (nacional, regional y continental) y el de la Iglesia en su conjunto.
Por último, en la sesión de octubre de 2024 se presentará un informe sobre la marcha de estos trabajos.
A continuación, la Secretaría General del Sínodo de la Sinodalidad indica tres “consejos” o pautas a seguir: una pregunta orientadora, mantener vivo el dinamismo sinodal y los sujetos responsables y sus tareas.
Una pregunta orientadora
En este apartado, apelan a la misión de evangelización de cada bautizado, e invitan a nivel de cada Iglesia local a preguntarse de qué manera se puede potenciar la “corresponsabilidad diferenciada en la misión”, así como qué estructuras o procesos permiten reconocerla y qué ministerios pueden “renovarse o introducirse”.
Asimismo, animan a reflexionar sobre cómo pueden “articularse creativamente” las relaciones entre la Iglesia en su conjunto y sus raíces locales.
El documento recuerda que “no se trata de volver a empezar de cero ni de repetir el proceso de escucha y consulta que caracterizó la primera etapa”, y que tras recoger las aportaciones deberán elaborar un resumen de una extensión máxima de 8 páginas, que se enviará a la Secretaría General del Sínodo antes del 15 de mayo de 2024. Sobre la base del material recogido, se redactará el Instrumentum laboris de la segunda sesión.
Mantener vivo el dinamismo social
También instan a las Iglesias locales a repasar el informe de síntesis elaborado tras la sesión de 2023 y promover “iniciativas más adecuadas para implicar a todo el Pueblo de Dios”, como actividades formativas, profundizaciones teológicas, celebraciones de estilo sinodal o espacios en los que abordar temas controvertidos.
Asimismo, invitan a las Iglesias locales a enviar “un breve testimonio del trabajo realizado y de las experiencias vividas” a la Conferencia Episcopal a la que pertenezca.
Los sujetos responsables y sus tareas
En esta sección subrayan el protagonismo que las Iglesias locales tienen en este tiempo entre las dos asambleas e invitan a cada diócesis a comprometerse con el trabajo de profundización y coordinación.
Insisten en el deber que tienen de elaborar la síntesis que deberán enviar a la Secretaría General del Sínodo antes del 15 de mayo y también a continuar promoviendo “iniciativas para crecer como Iglesia sinodal”.