En el día de su asunción como presidente de Argentina, Javier Milei participó de una invocación interreligiosa en la Catedral Metropolitana de Buenos Aires, presidida por el Arzobispo, Mons. Jorge García Cuerva, y con la participación de líderes de otros credos.
El presidente Milei asistió a la ceremonia acompañado por la vicepresidente, Victoria Villarruel, y varios miembros de su gabinete.
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Tras atravesar a pie el trayecto entre la Casa de Gobierno y la catedral, el mandatario fue recibido por el rector del templo, P. Alejandro Russo, y luego le dieron la bienvenida Mons. García Cuerva, el presidente de la Conferencia Episcopal Argentina, Mons. Oscar Ojea; y los obispos auxiliares Gustavo Carrara, Joaquín Sucunza, Ernesto Giobando y Alejandro Giorgi.
Asistieron al acto el Nuncio Apostólico en Argentina, Mons. Miroslaw Adamczyk, y el enviado del Papa Francisco, Mons. Alberto Ortega Martín, Nuncio Apostólico en Chile.
Participaron en la invocación religiosa el arzobispo griego, Mons. Iosif Bosch; el obispo anglicano Brian Williams; el representante de Aciera, organismo que reúne a las iglesias evangélicas, pastor Christian Hooft; el sheik Salim Delgado Dassum, de la comunidad islámica, y el rabino ortodoxo Shimon Axel Wahnish, consejero de Milei, a quien el presidente propondrá como embajador argentino en Israel, cargo vacante desde abril de 2022.
Al iniciar el acto, Mons. García Cuerva pidió a Dios “que bendiga e ilumine nuestra Patria Argentina, al pueblo todo y al gobierno que hoy comienza su gestión”, y destacó la fraternidad con los representantes de los distintos cultos.
El arzobispo centró su reflexión en el pasaje del Evangelio de Mateo, estableciendo un paralelo con Argentina: “Nuestro país es nuestra casa. Somos conscientes que nuestra casa ha sufrido y sufre muchas tormentas; sufre torrentes de exclusión, de dignidades pisoteadas, de inflación, de grietas, de intereses mezquinos, de desencanto y de sueños rotos. Por eso hoy nos toca a nosotros recordar, reforzar y valorar los cimientos que nos permitieron mantener viva la esperanza en lo momentos más acérrimos, porque siempre es posible renacer si lo hacemos entre todos”.
En esa línea, llamó a forjar nuevamente el cimiento de la fraternidad, y trabajar la unidad entre los argentinos. “Las heridas y urgencias de nuestro pueblo piden a todos, pero especialmente a la clase dirigente, la capacidad de comprometerse con la fraternidad social”, aseguró.
En segundo lugar, se refirió al cimiento de la libertad, basada en “un Dios que nos quiere liberar de la opresión, de la codicia y la avaricia, de la injusticia y la iniquidad, y de toda forma de violencia; un Dios que nos hace libres, sí, pero para ser más dignos y solidarios. Un Dios que, libres, nos impulsa a comprometernos especialmente con los que más sufren”.
El tercer cimiento que llamó a fortalecer es la memoria: “Recuperar nuestra historia y reconocer a los hombres y mujeres que forjaron la patria desde sus inicios y que cimentaron las bases de la organización nacional”.
“Es necesario aprender a reencontramos y reconocer que somos una comunidad; dejar de lado personalismos y generar consensos y acuerdos que permitan, a la creatividad y audacia, abrir nuevos caminos. Hay muchos hermanos nuestros al borde del camino que quieren ser parte viva de esta construcción”, señaló.
“Habrá tormentas inesperadas como fue, por ejemplo, la pandemia del covid, que aún hoy nos duelen tanto sus consecuencias, pero tenemos que advertirnos de las tormentas que nosotros mismos podemos crear, y con las que hacemos tambalear la casa, nuestro querido país”, alertó.
En ese sentido, enumeró “las tormentas de la intolerancia, del sentirnos dueños de la verdad, los oportunismos políticos, los mensajes de desesperanza y pánico, el creer que cuanto peor, mejor. Un vendaval de conflictos y enfrentamientos que nos urgen a la reconciliación y a la paz”.
Javier Milei asumió como presidente este domingo 10 de diciembre, fecha en que Argentina celebró 40 años ininterrumpidos de democracia. En su discurso inicial, se refirió a la grave situación económica que atraviesa el país, puso el foco en la herencia que deja el gobierno saliente y aseguró que no hay alternativa al ajuste. “No hay plata”, repitió el mandatario al asumir sus funciones.
Referente de una fuerza política de corta trayectoria denominada La Libertad Avanza, Javier Milei es economista de orientación liberal libertaria, y llegó al poder con una campaña en la que responsabilizó a la clase política por la situación del país y prometió eliminar a lo que él llama “la casta”.
Entre sus propuestas más polémicas se encuentran la de eliminar el banco central, privatizar las empresas estatales y aplicar un sistema de vouchers para la educación, quitar subsidios e impuestos. En resumen, disminuir al mínimo la presencia del Estado.
Aunque se podría considerar provida, ya que se ha manifestado en contra del aborto al que considera “asesinato agravado por el vínculo”, algunas de sus expresiones han causado rechazo en sectores de la sociedad: entre otras cosas, planteó la libre portación de armas, la venta de órganos, y la regulación de la prostitución.