Luego del rezo de la oración mariana del Ángelus en la Plaza de San Pedro este domingo en el Vaticano, el Papa Francisco recordó el 75 aniversario de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, pidió rezar por el fin de las guerras en el mundo como la de Israel y Hamás, y reiteró su llamado a cuidar la casa común.
“Seguimos rezando por las poblaciones que sufren a causa de la guerra. Avanzamos hacia la Navidad: ¿Seremos capaces, con la ayuda de Dios, de dar pasos concretos de paz? No es fácil, lo sabemos”, señaló el Santo Padre en este Segundo Domingo de Adviento.
Recibe las principales noticias de ACI Prensa por WhatsApp y Telegram
Cada vez es más difícil ver noticias católicas en las redes sociales. Suscríbete a nuestros canales gratuitos hoy:
“Ciertos conflictos tienen raíces históricas profundas, pero tenemos también el testimonio de hombres y mujeres que han trabajado con sabiduría y paciencia por la convivencia pacífica. ¡Qué se siga su ejemplo! Que se haga todo esfuerzo para afrontar y extirpar las causas de los conflictos”, alentó el Pontífice.
El Papa Francisco pidió luego que, “se proteja a los civiles, los hospitales, los lugares de culto, sean liberados los rehenes y se garantice la ayuda humanitaria. No olvidamos a la martirizada Ucrania, a Palestina, Israel”.
El Santo Padre se refirió así a Ucrania, invadida por Rusia desde febrero de 2022, lo que ha suscitado el éxodo de millones de personas, especialmente hacia Polonia, donde la Iglesia Católica, entre otras instituciones, ha acogido a una vasta cantidad de desplazados.
A ese conflicto se suma el de Israel y Hamás, iniciado el pasado 7 de octubre. El ministerio de Salud de Palestina, controlado por Hamás, señala que desde ese día han muerto 17.700 personas y más de 48 mil han resultado heridas, mientras que en Israel los fallecidos son unos 1.400. La guerra también se ha agudizado con la toma de rehenes.
75 años de la Declaración Universal de los Derechos Humanos
El Papa Francisco recordó además que “hace 75 años, el 10 de diciembre de 1948, se firmó la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Esa es una vía maestra sobre la cual se han dado muchos pasos adelante, pero faltan muchos y a veces incluso se va para atrás”.
“¡El esfuerzo por los derechos humanos nunca termina! Con este propósito estoy cercano a todos los que, sin proclamas, en la vida concreta de cada día, luchan y pagan con su persona para defender los derechos de quien no cuenta”, continuó.
En ese sentido, el Santo Padre expresó su alegría por “la liberación de un número significativo de prisioneros armenios y azeríes. Veo con gran esperanza este signo positivo entre Armenia y Azerbaiyán, por la paz en el Cáucaso meridional, y aliento a las partes y a sus líderes a concluir cuanto antes el tratado de paz”.
El Papa se refirió así al conflicto en la región de Nagorno-Karabaj, situada en territorio de Azerbaiyán y poblada de manera principal por cristianos de origen armenio, que se agudizó desde septiembre, cuando el Gobierno de Azerbaiyán desplegó una ofensiva militar tras nueve meses de bloqueo de los suministros externos, medicinas y alimentos.
El Santo Padre también se refirió a la cumbre climática COP28, que se realiza en este mes de diciembre en Dubái, y pidió “rezar para que se llegue a buenos resultados para el cuidado de nuestra casa común y la tutela de las poblaciones”.