El joven Edoardo Santini, considerado “el hombre más guapo de Italia”, ha decidido dejar su prometedora carrera como modelo e ingresar en un seminario para ser sacerdote.
Bailarín, nadador, actor… estos eran algunos de los sueños que tenía Edoardo, un italiano de 21 años que en 2019 obtuvo el título del chico más bello de su país tras ganar un concurso nacional.
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Este premio le abrió las puertas del mundo de la moda y su futuro parecía claro: estaba destinado a convertirse en una gran estrella. Sin embargo, los planes de Dios eran otros. Edoardo iba a continuar brillando, pero lejos de los focos y pasarelas.
Un valiente primer paso
En un vídeo publicado en sus redes sociales el 23 de noviembre de este año, Santini explica que se encuentra en camino “para convertirme, si Dios quiere, en sacerdote”.
Cuenta que durante estos años ha encontrado gente que, “mostrándome qué significa ‘ser Iglesia’, me han dado la fuerza de indagar en esta pregunta que arrastraba desde pequeño” pero en la que, asegura, “no profundizaba por miedo”.
En enero de 2020 descubrió “la verdadera Iglesia” y fue cuando comenzó a hablar de Dios y de la llamada que sentía a través de sus redes sociales.
“Vivir en Dios no significa encerrarse en la iglesia, sino vivir la propia vida de un modo más pleno”, contó a sus más de once mil seguidores en Instagram.
También explicó la oposición de su abuela, la que “esperaba otra cosa” de su nieto. Sin embargo, reiteró que no se sentía “solo” en su decisión y que estaba “cansado de satisfacer la voluntad de los otros y de publicar fotos donde aparentemente estoy seguro y feliz”.
El joven de la región de la Toscana dio “un primer paso” y el año pasado se fue a vivir con dos sacerdotes, lo que define como “la experiencia más bella de mi vida”.
Compartir el día a día con los sacerdotes le permitió “encontrar en la cotidianidad la respuesta que esperaba, que me ha llegado de lo alto”.
“Al final del año, fue natural para mí pedirle al obispo que ingresara en el curso preparatorio, el año que precede a la vida en el seminario. Y aquí estoy, estudiando teología y sirviendo en dos parroquias de la diócesis florentina”, cuenta en su vídeo.
También afirma que tardó en dar el primer paso “por miedo a no ser aceptado”, y que tomar esta decisión era algo “que le aterrorizaba” aunque, se sincera, “me construí más muros de los que había”.
Experiencia en la JMJ de Lisboa
En su perfil de la red social Instagram, Edoardo también compartió su experiencia durante la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) de Lisboa.
A través de diferentes vídeos, muestra cómo este encuentro de jóvenes marcó un antes y un después en su vida.
Entre “risas, bailes, saltos” y nuevas amistades, Edoardo descubrió que “la iglesia es bella”. Ahora, a sus 21 años y después de haberse atrevido a decir “sí” a la llamada del Señor, asegura sentirse realmente “felíz”.