Los obispos que integran la Comisión de Vida Consagrada de la Conferencia Episcopal Argentina destacaron algunas virtudes del Cardenal Eduardo Pironio, futuro beato argentino, “modelo e intercesor”.
A pocos días de la beatificación del Cardenal Pironio, que se celebrará el 16 de diciembre en la Basílica y Santuario Nacional de Nuestra Señora de Luján, los prelados se refirieron al carácter “especial” de este tiempo.
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Los obispos transmitieron el recuerdo nítido del próximo beato, quien estuvo presente desde que ellos se formaban para el sacerdocio, tiempos en que “su presencia y sus gestos animaban nuestro amor por la Iglesia”.
“Sus palabras nos llenaban de entusiasmo juvenil. Su enseñanza nos ofrecía nuevas motivaciones, que estimulaban nuestra consagración”, agregaron.
En la actualidad, observan en la figura del Cardenal Pironio “un modelo e intercesor”, y consideran que en este tiempo difícil, “su beatificación será un momento de gracia, que deseamos llegue a cada una de sus comunidades y renueve, como en nuestra juventud, el amor a la Iglesia y el entusiasmo evangelizador”.
En ese sentido, animaron a dedicar estos días, previos a la beatificación, “a retomar sus homilías, sus consejos”, y también convocaron a rezar “los unos por los otros”.
Del mismo modo, llamaron a glorificar y dar gracias al Señor “por tantos dones que nos concede desde siempre”.
“Dios quiera que muchos puedan asistir presencialmente a la beatificación; y, si no pudieran ir a Luján, que se unan a través de los medios de comunicación a esta fiesta linda de la Iglesia en la Argentina, reconociendo la obra de Dios en su hijo Eduardo, en la casa de nuestra Madre María”, convocaron.
Firman la carta el presidente de la Comisión Episcopal de Vida Consagrada y Obispo de Gualeguaychú, Mons. Héctor Zordán, y los obispos miembros: Mons. José Larregain, Mons. Juan José Chaparro CMF y Mons. Félix Paredes Cruz.
¿Quién fue el Cardenal Eduardo Pironio?
Eduardo Francisco Pironio nació en 9 de Julio, provincia de Buenos Aires (Argentina), el 3 de diciembre de 1920 y murió en Roma el 5 de febrero de 1998.
Realizó sus estudios eclesiásticos en el Seminario San José, de La Plata, y recibió la ordenación sacerdotal el 5 de diciembre de 1943, hace exactamente 80 años.
Se desempeñó como asesor eclesiástico de los Jóvenes de Acción Católica en la Diócesis de Mercedes, y luego fue nombrado Asesor Nacional de la Acción Católica Argentina.
Fue rector del Seminario Metropolitano de Buenos Aires, decano de la Facultad de Teología de la Universidad Católica Argentina y visitador apostólico de las universidades católicas del país.
Recibió la consagración episcopal el 31 de mayo de 1964, ejerciendo su ministerio primero como Obispo Auxiliar de La Plata y luego como Obispo de Mar del Plata.
Fue padre conciliar en las sesiones III y IV del Concilio Vaticano II. En el Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM), se desempeñó como secretario y luego como presidente.
En 1975, el Papa San Pablo VI lo promovió a prefecto de la entonces Congregación para los Religiosos y los Institutos Seculares, para lo que se trasladó a Roma. Fue creado cardenal en 1976.
Fue confesor personal del Papa San Pablo VI y luego fue designado por San Juan Pablo II presidente del Pontificio Consejo para los Laicos, donde promovió las Jornadas Mundiales de la Juventud.
Murió el 5 de febrero de 1998. Al fallecer, algunos medios lo describieron como el obispo argentino más distinguido de la historia. Fue declarado Siervo de Dios el 23 de junio de 2006.
El actor (promotor) en su causa de canonización ha sido la Conferencia Episcopal Argentina.