La Iglesia en Rosario (Argentina) expresó una vez más su preocupación ante la violencia creciente en la ciudad, y pide a las nuevas autoridades un compromiso concreto para resolver la “situación límite”.
El Arzobispo de Rosario, Mons. Eduardo Eliseo Martín, publicó este domingo en su cuenta de X un llamado a la paz ante los hechos de violencia que se viven en la ciudad.
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“Por intercesión de la Virgen del Rosario, pidamos paz para nuestros pueblos y ciudades y sanación para tantas familias heridas por la violencia que estamos padeciendo”, escribió el prelado, luego de que en la última semana se registraran varios crímenes, en un escenario de creciente violencia.
Según el Observatorio de Seguridad Pública, en lo que va de 2023, en el departamento de Rosario se han registrado 238 homicidios dolosos. Sólo en noviembre se cometieron 22 asesinatos.
En el último fin de semana, un chofer de autobús fue asesinado mientras conducía. Se sospecha que detrás del crimen hay una disputa entre dos presos vinculados al narcotráfico.
El miércoles pasado, una joven de 20 años se dirigía en un remis [taxi] a la ciudad de Rosario, y antes de llegar a destino se bajó del auto para discutir con otra mujer, que la atacó con al menos tres disparos. La víctima volvió al vehículo, pero murió dos cuadras más adelante.
En la misma semana, una mujer de 48 años fue asesinada en las inmediaciones de un búnker de drogas. En el lugar del ataque, la policía encontró una nota con la firma de “La mafia”.
En diálogo con ACI Prensa, el Vicario General de la Arquidiócesis y asesor de la Pastoral Social, P. Emilio Cardarelli, consideró que lo que se vive en Rosario “son situaciones incompatibles con la misma existencia del Estado”.
En ese sentido, profundizó: “Si la existencia del Estado solamente se justifica por el bien común, está totalmente ausente”.
“Todos estos ataques a personas inocentes, a instituciones fundamentales de la vida social como son comisarías, escuelas, comedores, centros comunitarios, iglesias, hacen que se haya sobrepasado todo límite de lo tolerable”, sostuvo.
El sacerdote se refirió a los crímenes “al voleo” de personas que no tienen nada que ver con lo que parece ser un intercambio de mensajes entre bandas de narcotraficantes.
“Todo esto nos preocupa muchísimo”, reconoció. “Estamos ya en una situación límite, y nosotros tratamos de acompañar, expresar nuestra cercanía con quienes son víctimas de violencia, las familias de las víctimas de la violencia, y lo fundamental, lo más importante y lo que nunca hemos dejado de hacer como Iglesia: propiciar el encuentro con Jesucristo, que salva vidas”, precisó.
En muchos casos, explicó el P. Cardarelli, las parroquias y capillas han tenido que adecuar sus actividades a la situación, porque la gente tiene miedo a salir de las casas, sobre todo en horarios más tardíos. “Es una situación que ya no se tolera”, insistió.
En cuanto al cambio de gobierno —el próximo 10 de diciembre asumen nuevas autoridades del Poder Ejecutivo en todos sus niveles—, el asesor de Pastoral Social anheló “que puedan dar una respuesta, como se han comprometido a hacerlo”.
“Si el Estado está para gestionar el bien común, no se ha notado que se haya hecho, ya sea por impericia, por despreocupación, por mezquindad, por complicidad, no sabemos, pero necesitamos que esto se haga y con urgencia en Rosario”, exhortó.
“Sabemos que la salvación viene de Dios, que no la podemos esperar de la democracia, por buena y necesaria que sea la democracia, pero necesitamos también que las autoridades hagan su parte”, reclamó.
Además de la petición de seguridad, el sacerdote afirmó que en la sociedad rosarina prima una convicción de que el problema no se va a solucionar “mientras no se vaya a lo más alto, sobre todo en el circuito financiero del dinero del narcotráfico”.
“Lo que la gente sospecha es que hasta ahora no se ha llegado por ciertas complicidades que puede haber; la gente no encuentra otra explicación”, detalló.
En esa línea, expresó su confianza en la palabra de las nuevas autoridades, que se comprometieron a trabajar firmemente en ese campo.
“Es una trama muy compleja, porque cuando se gana más dinero como ‘soldadito’ que como operario metalúrgico, evidentemente hay un atractivo grande para las jóvenes generaciones de involucrarse en el delito, sobre todo en el narcotráfico”, lamentó. Por eso, consideró que el trabajo va más allá de las fuerzas de seguridad.
“Necesitamos mucho del acompañamiento y del compromiso del Estado. Nosotros tuvimos la firma de un acta de compromiso de todos los candidatos a cargos electivos, para el abordaje de la seguridad y del consumo problemático de sustancias”, recordó el P. Cardarelli.
Finalmente, en el tiempo de Adviento que está comenzando, el sacerdote advirtió: “No vamos a entender el sentido de la Navidad mientras que no nos compenetremos en esta súplica: Que venga a nosotros el Emanuel, Dios con nosotros, que venga a restaurarnos”.
“Es un llamado, sobre todo, a la confianza de que la salvación nos viene de Dios y sólo puede nacer de recibir a Jesucristo y dejar que Él forme nuestra vida”.
En medio de un clima de crispación, invitó a que todos “seamos instrumentos de paz, y que sepamos cuidarnos, protegernos, ser solidarios en este momento tan difícil que estamos viviendo en todo sentido”.