El presidente del Episcopado y Arzobispo Castrense de Estados Unidos, Mons. Timothy Broglio, señaló que pese al odio del régimen de Nicaragua contra la Iglesia Católica, el diálogo es aún posible para lograr la reconciliación.
“Pese a todo el dolor que la Iglesia [en Nicaragua] ha sufrido, el odio expresado con ataques salvajes contra parroquias, el clero, la confiscación de la propiedad y expulsiones del país, incluso la profanación del Santísimo Sacramento por bandas con motivaciones políticas, la Iglesia está comprometida con el diálogo y con encontrar un camino de reconciliación por el bien del pueblo de Nicaragua”, señaló el prelado en un evento realizado el 1 de diciembre, organizado en Washington por el Center for Strategic & International Studies.
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Mons. Broglio compartió con los participantes que para él lo que sucede en Nicaragua es “algo personal”, ya que trabajó como funcionario de la Secretaría de Estado en Nicaragua desde 1990 hasta 2001, y pudo visitar el país tiempo después, en 2018, “para expresar la firme solidaridad de la Iglesia en Estados Unidos con nuestros hermanos en el episcopado nicaragüense”.
El arzobispo lamentó, además, que este año 2023 “ha sido especialmente doloroso” debido a la deportación de 222 presos políticos en febrero, la encarcelación injusta de Mons. Rolando Álvarez, Obispo de Matagalpa, condenado a 26 años de cárcel, y la persecución contra los Jesuitas con la expropiación de la Universidad Centroamericana (UCA), entre otras acciones del régimen contra la Iglesia en el país.
De acuerdo al último informe de octubre de la investigadora y abogada nicaragüense Martha Patricia Molina, titulado Nicaragua: ¿Una Iglesia perseguida?, se han perpetrado al menos 667 ataques contra la Iglesia Católica entre abril de 2018 y agosto de 2023.
El prelado estadounidense resaltó asimismo que “la sociedad civil en Estados Unidos está interesada en estos asuntos porque Estados Unidos es el principal socio comercial” de Nicaragua, lo que implica que debe haber “intercambios social y mutuamente beneficiosos en las relaciones bilaterales”, con principios de justicia social como los que se originan en el Evangelio.
“Hoy enfatizo que estos mismos principios de solidaridad y colaboración se extienden, con la misma fuerza, para explorar modos y caminos de entendimiento, diálogo y reconciliación”, aseguró.
Recordando luego una declaración suya del mes de febrero, el presidente del Episcopado de Estados Unidos resaltó: “Incluso en esta hora oscura, la esperanza valiente, la caridad y la solidaridad dan testimonio de la firme vitalidad de la fe del pueblo de Nicaragua y entre los católicos de todo el mundo, apoyando a los fieles nicaragüenses”.
En el mismo evento, el P. John Jenkins, presidente de la Universidad de Notre Dame, destacó: “El intento del presidente Daniel Ortega de extinguir el catolicismo en Nicaragua merece la condena global de una manera más amplia. Su régimen debe ser aislado como un paria internacional por tratar de desaparecer las instituciones católicas, la libertad de culto y la libertad de expresión”.