El procurador de la municipalidad provincial de Cajamarca en la sierra norte del Perú, Henry Silva Trujillo, golpeó a un sacerdote mientras este rezaba para impedir el desalojo de la familia que cuida una capilla dedicada a la Virgen de Fátima.
Los hechos ocurrieron en la madrugada del 30 de noviembre, cuando Silva agredió al P. Manuel Salazar, canciller de la Diócesis de Cajamarca, quien estaba junto a otros fieles rezando a las puertas de la vivienda de la familia Huaccha Saucedo, guardianes del lugar, ubicado en la colina de Santa Apolonia en la ciudad de Cajamarca.
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Según se puede apreciar en un video, Silva golpea en la cara y derriba al sacerdote, en medio de forcejeos entre los fieles y agentes de la policía local, además de varios miembros del serenazgo (policía municipal).
“¡Así no!”, se oye decir al presbítero en el video entre los forcejeos, antes de ser golpeado por Silva.
En declaraciones a un medio local, el sacerdote contó que el intento de desalojo se realizó a las 4 de la mañana sin ningún tipo de notificación o aviso previo, “pese a haber un acuerdo formal entre el alcalde [Joaquín Ramírez] y nuestro obispo, Mons. Isaac [Martínez]” del 21 de junio de este año, que “no se ha respetado”.
El presbítero manifestó que ha quedado “muy decepcionado” de las autoridades, “de la manera cómo han procedido”.
“Nosotros no somos delincuentes, no hemos robado nada. Esa propiedad la tenemos desde los años 50”, agregó. Por esos años, el municipio de Cajamarca cedió ese terreno al Obispado de Cajamarca.
El P. Salazar, que también trabaja ayudando a niños necesitados, refirió que entre los acuerdos del 21 de junio está el compromiso del alcalde de ceder el terreno “por 30 años más. Luego se comprometió a hacer un centro pastoral como para hacer la catequesis” y “la casa de la guardiana también. Ninguno de esos compromisos han sido llevados a cabo”.
El sacerdote relató que hace un mes envió un documento a la municipalidad para recordar los ofrecimientos recibidos, pero no ha habido respuesta alguna.
Para este viernes y para el domingo 3 de diciembre se han convocado vigilias pacíficas de oración en el lugar. Mientras tanto, el P. Salazar indicó que se han suspendido todas las Misas allí hasta que se llegue a una solución.
“Si ellos quieren que les devolvamos el terreno, no hay problema pero en paz”, resaltó.
La municipalidad provincial de Cajamarca publicó un comunicado en el que “lamenta profundamente” lo ocurrido y precisa que esta acción “fue realizada de manera independiente por la procuraduría”, que “no depende de la municipalidad”.
Tras solidarizarse con el sacerdote agredido, el texto informa que el alcalde Ramírez “liderará una mesa de diálogo con el propósito de ofrecer la asistencia y apoyo necesarios para preservar las relaciones cordiales con la Iglesia Católica”.