El español Raimo Goyarrola es desde el 29 de noviembre el nuevo Obispo de Helsinki (Finlandia). Antes de su ordenación episcopal, visitó al Papa Francisco en el Vaticano para agradecerle su confianza por este nuevo encargo en un país donde tan sólo el 0,2% de la población se considera católica.
Encuentro con el Papa Francisco
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A su paso por Roma, el nuevo prelado cuenta a ACI Prensa que el Pontífice le recibió con “con mucho cariño”. “El encuentro ha sido entre un padre con mucha experiencia de pastoral episcopal y un hijo pequeño que quiere aprender a ser un pastor con olor a oveja, y en mi caso a reno, que es lo que abunda en mi país”, señala.
El también licenciado en Medicina y Cirugía y miembro del Opus Dei invitó al Papa Francisco a visitar Finlandia, donde lleva ya 20 de años, aunque, asegura, “su agenda quizá no se lo permita en un tiempo cercano”.
De la cálida Sevilla al frío de Helsinki
Nada más ser ordenado sacerdote, el entonces Padre Raimo pasó 4 años en Sevilla, la capital de Andalucía, provincia del sur de España. Para Mons. Goyarrola, ese “calor humano y atmosférico” de Sevilla le ayudó a integrarse “en el frío finlandés”.
El nuevo obispo remarca que al recibir la noticia de la decisión del Papa, “el golpe de calor fue sofocante”.
“Pero ese calor es gracia de Dios —asegura el obispo—, cuando Dios llama, Él continúa a guiarte, protegerte… a amarte. Dios no te deja nunca. Cuando dije a Dios que sí, me llené de una profunda paz y alegría que aún perduran”.
Además, resalta que “la acogida de los fieles ha sido preciosa, con un inmenso cariño y entusiasmo, también a nivel ecuménico. No he parado de recibir mensajes de apoyo, felicitación, oración… y aún siguen”. “Estoy emocionado”, asegura.
La Iglesia Católica en Finlandia crece cada año
En Finlandia, un país marcado por el luteranismo, hay alrededor de 14 mil católicos en una población de aproximadamente 5.5 millones de habitantes.
Sin embargo, como narra a ACI Prensa, la Iglesia Católica en el país “crece año tras año, no sólo por llegada de inmigración y refugiados, sino por el aumento de bautismos de niños y adultos y cada vez más numerosas incorporaciones de adultos de otras confesiones cristianas”.
¿La clave?: “Jesús. Él es el Camino, la Verdad y la Vida. Si hacemos sitio al Señor en nuestro corazón, lo podremos llevar a los demás. Somos como los primeros cristianos. Allí donde estemos vamos a ser sal y luz para los demás, con nuestro cariño, amistad, testimonio. Los primeros cristianos cambiaron la sociedad”.
Explica que “algunos son atraídos por el sacramento de la Confesión, otros por la Eucaristía, otros por la figura del Papa, otros por la doctrina clara, positiva y bella del matrimonio y de la vida humana”.
Remarca que “el finlandés hasta hace unos pocos años ha sido una persona creyente, en su mayoría luterana”.
“La secularización —continúa— está haciendo estragos en la población a pasos agigantados, pero la fe de los católicos finlandeses va a ser esa luz que no sólo permitirá ver el camino que va a la casa del Padre, donde todos estamos llamados, sino también calor para derretir esos corazones congelados por la distancia con Dios y hacerlos más cálidos, más humanos y más divinos”, afirma.
“Cada persona es irrepetible y Dios toca los corazones con algo concreto para después saborear la totalidad del mensaje de la Iglesia, el contenido de nuestra fe”, explica.