El Papa Francisco habría despojado a uno de sus principales críticos estadounidenses, el Cardenal Raymond Burke, de sus prerrogativas salariales y de vivienda en el Vaticano, según informó Associated Press (AP).
De acuerdo al informe de AP, que se basa en conversaciones con dos fuentes anónimas notificadas sobre las medidas, el Pontífice abordó sus planes de acción respecto al purpurado durante una reunión con los jefes de las oficinas del Vaticano el 20 de noviembre.
Recibe las principales noticias de ACI Prensa por WhatsApp y Telegram
Cada vez es más difícil ver noticias católicas en las redes sociales. Suscríbete a nuestros canales gratuitos hoy:
Conforme al reporte, el Papa señaló que el Cardenal Burke sería una fuente de “desunión” en la Iglesia y que estaría usando los privilegios otorgados a los cardenales retirados contra ella.
El blog de noticias católico La Nuova Bussola Quotidiana informó por primera vez sobre acciones relativas al Cardenal Burke el 27 de noviembre.
“El Cardenal Burke es mi enemigo, así que le quito su apartamento y su salario”, habría manifestado el Papa Francisco en la reunión del 20 de noviembre, según la fuente no revelada de La Nuova Bussola en el Vaticano.
CNA —agencia en inglés de EWTN News— no pudo comunicarse con el Cardenal Burke para confirmar las medidas en su contra. La oficina de comunicaciones del Vaticano no respondió a la solicitud de comentarios por parte de EWTN hasta el momento de la publicación de esta nota.
Según informó AP, el portavoz del Vaticano, Matteo Bruni, “remitió las preguntas a Burke”.
“No tengo nada en particular que decir al respecto”, señaló Bruni a los periodistas.
El Cardenal Burke fue ordenado sacerdote por el Papa Pablo VI en Roma en 1975 y fue Obispo de La Crosse, Wisconsin, de 1995 a 2004 y Arzobispo de St. Louis de 2004 a 2008.
Ampliamente considerado como un experto en derecho canónico, el purpurado fue nombrado en 2008 prefecto del Tribunal Supremo de la Signatura Apostólica (la más alta autoridad judicial de la Iglesia) por el Papa Benedicto XVI. Dos años después, el mismo Pontífice lo creó cardenal.
El Papa Francisco decidió cambiarlo del cargo de prefecto en 2014 y lo nombró patrono de la Soberana Orden Militar de Malta, un papel principalmente ceremonial dedicado al bienestar espiritual de los miembros de la Orden.
Permaneció como patrono hasta el 2023, pero sólo ostentaba el título, ya que al parecer se le había restringido la participación activa desde 2016 y, por lo tanto, fue apartado durante las extensas reformas institucionales de la Orden en los últimos años.
En junio, el Papa Francisco nombró al Cardenal jesuita Gianfranco Ghirlanda en reemplazo del Cardenal Burke. En el momento del anuncio, Burke estaba a sólo unos días de la edad de retiro habitual para los obispos, que es de 75 años.
El Cardenal Burke es un fuerte crítico de algunas iniciativas del Papa Francisco.
Fue uno de los cinco cardenales que enviaron los “dubia” al Santo Padre pidiendo aclaraciones sobre la posición de la Iglesia sobre el desarrollo doctrinal, la bendición de uniones del mismo sexo, la autoridad del Sínodo sobre la Sinodalidad, la ordenación de mujeres y la absolución sacramental.
El documento se hizo público en vísperas de la apertura del Sínodo sobre la Sinodalidad en el Vaticano y se discutió en una conferencia de prensa el 2 de octubre en la que el Cardenal Burke participó y expresó sus preocupaciones sobre el evento.
“Es lamentablemente muy claro que la invocación del Espíritu Santo por parte de algunos tiene como objetivo el avance de una agenda más política y humana que eclesial y divina”, sostuvo el Cardenal Burke.
Este no sería el primer funcionario de la Curia al que se le pide que abandone su vivienda en el Vaticano este año.
Según un informe de un diario alemán en junio, el Papa Francisco ordenó al Arzobispo Georg Gänswein que dejara el Vaticano y regresara a Alemania.
Mons. Gänswein, antiguo secretario del Papa Benedicto XVI, sirvió como prefecto de la Casa Pontificia tanto para Benedicto XVI como para su sucesor, el Papa Francisco, hasta febrero de 2020. La salida de Mons. Gänswein del Vaticano tras la muerte de Benedicto y su posterior despido por el Papa Francisco fue vista por algunos como una caída en desgracia. Mons. Gänswein, de 66 años, no tiene un cargo específico.
Según el informe de los medios alemanes, el Papa Francisco, al comentar sobre la decisión, “se refirió a la costumbre de que los secretarios privados de los Papas fallecidos no permanecieran en Roma”.
Traducido y adaptado por ACI Prensa. Publicado originalmente en CNA.